jueves, 28 de marzo de 2013

Mercasevilla: la lucha sindical no es suficiente




   Digámoslo alto y claro. La lucha en el terreno de lo sindical, dentro del sistema capitalista, no es suficiente. Tras casi cuatro décadas de democracia burguesa las condiciones de vida de la clase obrera son cada vez más duras, y ante estos ataques de la burguesía la respuesta de los trabajadores se reduce a la lucha meramente sindical. A pesar de pírricas y contadas victorias de esta lucha sindical en el terreno de lo económico, la cosa sigue cuesta abajo y sin freno.

 Es posible tumbar un ERE mediante la lucha unida de los trabajadores, sin embargo esto no es suficiente. Y no es suficiente porque mientras la burguesía sea dueña del poder político y de los medios de producción puede utilizar cualquier resorte a su alcance para revertir esas pequeñas conquistas. Es decir, puede usar el poder político que le pertenece para elaborar reformas laborales, reducir los salarios, aumentar la jornada laboral, etc. con lo que lo que ganamos en la lucha sindical lo perdemos en el terreno de lo político.
 
Además esa burguesía puede usar sus propios medios de comunicación para enfrentar a los trabajadores entre sí, señalando que unos cobran más que otros, que los trabajadores de una empresa tienen mejores condiciones, con el fin de que evitemos señalar al enemigo, que es el patrón: ya sea empresario individual, consejo de accionistas o una empresa de titularidad pública.
 
La lucha sindical es necesaria, sin embargo de lo que se trata es de ampliar esa lucha y engarzarla con las luchas económicas y políticas. Tenemos que tener claro que nuestro enemigo no es sólo la empresa, sino también el Estado que es la unión de toda la clase de los capitalistas, y el propio sistema capitalista, que es el origen de todos los males que afectan a la clase obrera.
 
Vivimos en una sociedad de clases, los burgueses son dueños de los medios de producción, en este caso son dueños de Mercasevilla y otros tienen que vender su fuerza de trabajo para poder vivir, es decir, los trabajadores de Mercasevilla.
 
Es decir, en el ámbito de las relaciones de producción existen clases y capas sociales que tienen intereses antagónicos. A los capitalistas de Mercasevilla lo que les interesa es ganar cada vez más dinero, abaratando costes para acumular cada vez más ganancias. Al trabajador lo que le interesa es ganar más dinero para poder comer él y su familia, poder pagar la casa y las distintas necesidades gastos derivados de una vida digna.
 
Esto, tal como lo descubrieron Marx, Engels y Lenin es una ley científica de desarrollo del capitalismo. Es decir, no es por la maldad del empresario sino que el propio capitalismo para desarrollarse necesita abaratar la mano de obra, liberalizar servicios y destruir los puestos de trabajo que no le producen la plusvalía necesaria, es decir, hacer trabajar a menos personas, por más tiempo y con menores ingresos. Todo para que los capitalistas aumenten sus ganancias. Mientras la clase obrera no sea dueña de los medios de producción, la burguesía podrá hacer con ellos lo que le plazca, a pesar de que son los obreros los que producen esas mercancías y esa plusvalía con la que los burgueses obtienen sus ganancias.
 
La situación en Mercasevilla nos indica que son los obreros los que están pagando las consecuencias no de la avaricia de los directivos y la maldad de los políticos, sino de un modo de producción(el capitalismo) que necesita estas medidas para mantener su propia existencia. Es decir, el problema principal es que este modo de producción capitalista ya no tiene nada que aportar a la sociedad como no sea miseria, paro, corrupción, violencia, EREs, privatizaciones en beneficio de la burguesía, etc.
 
Además la burguesía ha conseguido dispersar las luchas, por tanto, la lucha de los trabajadores de Mercasevilla pasa desapercibida para muchos trabajadores de la ciudad, y las luchas, pese a ser sólo sindicales, no se unen. Ante esto el PCOE lucha por la creación de las Asambleas de Comités, Delegados y Trabajadores(ACDT) como la unión de los comités de empresa, los delegados de personal y los trabajadores en general como la herramienta que permita unir todas las luchas. Debemos asimismo luchar contra la psicología de derrota, del miedo, dentro de las fábricas y los centros de trabajo. El obrero debe  comprender que el patrón no es omnipotente, y que mediante la lucha se puede conseguir la victoria.
 
Ahora bien, hay que definir esa lucha. La mera lucha sindical no es la solución.
 
La lucha por la conquista del poder político, para destruir ese poder que hoy se encuentra de manera absoluta en manos de la burguesía y sustituirlo por el nuevo poder, mucho más democrático, que es el poder obrero.
 
 La burguesía se ha dotado del arma con la que dominar a la clase obrera, una superestructura que emana de la misma base del modo de producción capitalista y que es el Estado, sus leyes, su judicatura, sus elementos represivos(policía, ejército) etc. Por tanto esta maquinaria siempre va a estar al servicio de los capitalistas. Es de ilusos pensar que el Estado está por encima de las clases o que sirve de árbitro en los conflictos derivados de los intereses antagónicos de los obreros y los patrones. Por tanto, la lucha también debe ser política: teniendo claro que sin la destrucción de ese estado, sin la destrucción del poder político de la burguesía, no hay lucha de clases ninguna ni es posible ningún tipo de victoria.
 
El PCOE llama a organizarse en las ACDT(Asambleas de Comités, Delegados y Trabajadores) como los órganos de poder obrero emanados de las fábricas y de los centros de trabajo y que en simbiosis con los órganos de decisión de los barrios obreros(Asociaciones de Vecinos), con las asambleas de estudiantes, de jornaleros, etc. conforme el Frente Único del Pueblo(FUP). Es decir, el estado obrero que mediante la dualidad de poderes confronte con el actual estado burgués(parlamento, ayuntamientos) hasta que mediante la Revolución Socialista( que no será pacífica) se ponga fin a la existencia del Estado burgués, sus instituciones, sus leyes, su policía, su ejército. Es decir: la eliminación de toda la superestructura de la sociedad burguesa.
 
 Seguidamente se instaurará un período de transición entre el capitalismo y la sociedad sin clases(la sociedad comunista) que es el período de Dictadura del Proletariado. Esto es así debido a que los antiguos explotadores opondrán la más tenaz de las resistencias a la eliminación de sus antiguos privilegios. Pero que no asuste la palabra Dictadura, pues es una Dictadura de clase y a la vez la forma más democrática de Estado que ha conocido la humanidad. Es decir la democracia para los explotados: los obreros, los trabajadores y las demás clases populares y dictadura a su vez para los explotadores: los burgueses, que son la minoría de la sociedad. Toda sociedad de clases es una dictadura de una clase sobre otra, incluso la “democracia” actual española que nos venden como el súmmum de las libertades es en realidad una dictadura de la burguesía. Porque no gobiernan los peleles que se eligen cada cuatro años, sino que esos peleles están al servicio de la burguesía y ejecutan las políticas que les dicta el capital.
 
El capitalismo lo único que ofrecen al trabajador de Mercasevilla son peores salarios, peores condiciones con la incertidumbre de que si no “traga” engrose el ejército de seis millones de parados. Es decir, no le ofrece ningún futuro. Ni al más ingenuo de debe escapársele el hecho de que todos los recortes, los “derechos” que pierden los obreros nunca se van a recuperar si no es mediante la superación del capitalismo. Porque este capitalismo, debido a sus leyes de desarrollo, necesita de esas agresiones a la clase obrera, de ese robo, que no hará sino acrecentarse con el tiempo. Nos mienten los reformistas que nos prometen cambios graduales dentro del capitalismo. Lo único que buscan es su poltrona, su cargo político, por mucho ropaje radical con el que se disfracen. Todo aquel que no le diga a los obreros, sin tapujos, que el objetivo es el socialismo y romper con el poder burgués estará engañando a los obreros y contribuyendo a alejar la conciencia de clase de los trabajadores.
 
 En resumen, la lucha no es meramente sindical sino una lucha por el poder político que pertenecerá a la clase obrera y a los sectores populares y no a un puñado de oligarcas, banqueros y empresarios que son los que actualmente ostentan todo el poder político en nuestra sociedad, por tanto todos los males de la clase obrera vienen dados por este sistema criminal llamado capitalismo en el que una clase social es dueña de todos los medios de producción. Esta situación es así haya o no crisis, haya o no “bonanza” económica entre comillas, porque la explotación capitalista existirá siempre que exista el capitalismo en cualquiera de sus formas.
 
 Urge a la clase obrera organizarse para un fin muy sencillo: la toma del poder político, la cual no se producirá mediante el depósito de una papeleta en una urna electoral sino mediante la revolución. Una revolución que ponga el poder en manos del pueblo, en manos de los que verdaderamente producen la riqueza y que son los que hacen que esta sociedad funcione.
 
 El fin es el poder obrero y el socialismo, el único sistema económico que tiene como misión satisfacer las necesidades del pueblo. En el capitalismo, y más tal y como se desarrolla negativamente, estas opciones son quimeras. Por ello llamamos a los obreros a empezar a organizarse y luchar conjuntamente con el PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL, como herramienta que ayudará a vencer al capitalismo. No queremos poltronas, ni cargos, simplemente queremos acabar con el capitalismo y construir una sociedad mejor. En las manos de la clase obrera está el transformar esta realidad.
 
            ¡SI, SE PUEDE, EN EL SOCIALISMO-COMUNISMO!
 


 

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