Digámoslo alto y claro. La lucha en el terreno de lo sindical, dentro
del sistema capitalista, no es suficiente. Tras casi cuatro décadas de
democracia burguesa las condiciones de vida de la clase obrera son cada vez más
duras, y ante estos ataques de la burguesía la respuesta de los trabajadores se
reduce a la lucha meramente sindical. A pesar de pírricas y contadas victorias
de esta lucha sindical en el terreno de lo económico, la cosa sigue cuesta abajo
y sin freno.
Es posible tumbar un ERE mediante la lucha unida de los trabajadores, sin embargo esto no es suficiente. Y no es suficiente porque mientras la burguesía sea dueña del poder político y de los medios de producción puede utilizar cualquier resorte a su alcance para revertir esas pequeñas conquistas. Es decir, puede usar el poder político que le pertenece para elaborar reformas laborales, reducir los salarios, aumentar la jornada laboral, etc. con lo que lo que ganamos en la lucha sindical lo perdemos en el terreno de lo político.
Además esa burguesía puede usar
sus propios medios de comunicación para enfrentar a los trabajadores entre sí,
señalando que unos cobran más que otros, que los trabajadores de una empresa
tienen mejores condiciones, con el fin de que evitemos señalar al enemigo, que
es el patrón: ya sea empresario individual, consejo de accionistas o una
empresa de titularidad pública.
La lucha sindical es necesaria,
sin embargo de lo que se trata es de ampliar esa lucha y engarzarla con las
luchas económicas y políticas. Tenemos que tener claro que nuestro enemigo no
es sólo la empresa, sino también el Estado que es la unión de toda la clase de
los capitalistas, y el propio sistema capitalista, que es el origen de todos
los males que afectan a la clase obrera.
Vivimos en una sociedad de
clases, los burgueses son dueños de los medios de producción, en este caso son
dueños de Mercasevilla y otros tienen que vender su fuerza de trabajo para
poder vivir, es decir, los trabajadores de Mercasevilla.
Es decir, en el ámbito de las
relaciones de producción existen clases y capas sociales que tienen intereses
antagónicos. A los capitalistas de Mercasevilla lo que les interesa es ganar
cada vez más dinero, abaratando costes para acumular cada vez más ganancias. Al
trabajador lo que le interesa es ganar más dinero para poder comer él y su
familia, poder pagar la casa y las distintas necesidades gastos derivados de
una vida digna.
Esto, tal como lo descubrieron
Marx, Engels y Lenin es una ley científica de desarrollo del capitalismo. Es
decir, no es por la maldad del empresario sino que el propio capitalismo para
desarrollarse necesita abaratar la mano de obra, liberalizar servicios y
destruir los puestos de trabajo que no le producen la plusvalía necesaria, es
decir, hacer trabajar a menos personas, por más tiempo y con menores ingresos.
Todo para que los capitalistas aumenten sus ganancias. Mientras la clase obrera
no sea dueña de los medios de producción, la burguesía podrá hacer con ellos lo
que le plazca, a pesar de que son los obreros los que producen esas mercancías
y esa plusvalía con la que los burgueses obtienen sus ganancias.
La situación en Mercasevilla nos
indica que son los obreros los que están pagando las consecuencias no de la
avaricia de los directivos y la maldad de los políticos, sino de un modo de
producción(el capitalismo) que necesita estas medidas para mantener su propia
existencia. Es decir, el problema principal es que este modo de producción
capitalista ya no tiene nada que aportar a la sociedad como no sea miseria,
paro, corrupción, violencia, EREs, privatizaciones en beneficio de la
burguesía, etc.
Además la burguesía ha conseguido
dispersar las luchas, por tanto, la lucha de los trabajadores de Mercasevilla
pasa desapercibida para muchos trabajadores de la ciudad, y las luchas, pese a
ser sólo sindicales, no se unen. Ante esto el PCOE lucha por la creación de las
Asambleas de Comités, Delegados y Trabajadores(ACDT) como la unión de los
comités de empresa, los delegados de personal y los trabajadores en general
como la herramienta que permita unir todas las luchas. Debemos asimismo luchar contra
la psicología de derrota, del miedo, dentro de las fábricas y los centros de
trabajo. El obrero debe comprender que
el patrón no es omnipotente, y que mediante la lucha se puede conseguir la
victoria.
Ahora bien, hay que definir esa
lucha. La mera lucha sindical no es la solución.
La lucha por la conquista del
poder político, para destruir ese poder que hoy se encuentra de manera absoluta
en manos de la burguesía y sustituirlo por el nuevo poder, mucho más
democrático, que es el poder obrero.
La burguesía se ha dotado del arma con la que
dominar a la clase obrera, una superestructura que emana de la misma base del
modo de producción capitalista y que es el Estado, sus leyes, su judicatura,
sus elementos represivos(policía, ejército) etc. Por tanto esta maquinaria
siempre va a estar al servicio de los capitalistas. Es de ilusos pensar que el
Estado está por encima de las clases o que sirve de árbitro en los conflictos
derivados de los intereses antagónicos de los obreros y los patrones. Por
tanto, la lucha también debe ser política: teniendo claro que sin la
destrucción de ese estado, sin la destrucción del poder político de la
burguesía, no hay lucha de clases ninguna ni es posible ningún tipo de
victoria.
El PCOE llama a organizarse en
las ACDT(Asambleas de Comités, Delegados y Trabajadores) como los órganos de
poder obrero emanados de las fábricas y de los centros de trabajo y que en simbiosis
con los órganos de decisión de los barrios obreros(Asociaciones de Vecinos),
con las asambleas de estudiantes, de jornaleros, etc. conforme el Frente Único
del Pueblo(FUP). Es decir, el estado obrero que mediante la dualidad de poderes
confronte con el actual estado burgués(parlamento, ayuntamientos) hasta que
mediante la Revolución Socialista( que no será pacífica) se ponga fin a la
existencia del Estado burgués, sus instituciones, sus leyes, su policía, su
ejército. Es decir: la eliminación de toda la superestructura de la sociedad
burguesa.
Seguidamente se instaurará un período de
transición entre el capitalismo y la sociedad sin clases(la sociedad comunista)
que es el período de Dictadura del Proletariado. Esto es así debido a que los
antiguos explotadores opondrán la más tenaz de las resistencias a la
eliminación de sus antiguos privilegios. Pero que no asuste la palabra
Dictadura, pues es una Dictadura de clase y a la vez la forma más democrática
de Estado que ha conocido la humanidad. Es decir la democracia para los
explotados: los obreros, los trabajadores y las demás clases populares y
dictadura a su vez para los explotadores: los burgueses, que son la minoría de
la sociedad. Toda sociedad de clases es una dictadura de una clase sobre otra,
incluso la “democracia” actual española que nos venden como el súmmum de las
libertades es en realidad una dictadura de la burguesía. Porque no gobiernan
los peleles que se eligen cada cuatro años, sino que esos peleles están al
servicio de la burguesía y ejecutan las políticas que les dicta el capital.
El capitalismo lo único que
ofrecen al trabajador de Mercasevilla son peores salarios, peores condiciones
con la incertidumbre de que si no “traga” engrose el ejército de seis millones
de parados. Es decir, no le ofrece ningún futuro. Ni al más ingenuo de debe
escapársele el hecho de que todos los recortes, los “derechos” que pierden los
obreros nunca se van a recuperar si no es mediante la superación del
capitalismo. Porque este capitalismo, debido a sus leyes de desarrollo,
necesita de esas agresiones a la clase obrera, de ese robo, que no hará sino
acrecentarse con el tiempo. Nos mienten los reformistas que nos prometen
cambios graduales dentro del capitalismo. Lo único que buscan es su poltrona,
su cargo político, por mucho ropaje radical con el que se disfracen. Todo aquel
que no le diga a los obreros, sin tapujos, que el objetivo es el socialismo y
romper con el poder burgués estará engañando a los obreros y contribuyendo a
alejar la conciencia de clase de los trabajadores.
En resumen, la lucha no es meramente sindical
sino una lucha por el poder político que pertenecerá a la clase obrera y a los
sectores populares y no a un puñado de oligarcas, banqueros y empresarios que
son los que actualmente ostentan todo el poder político en nuestra sociedad,
por tanto todos los males de la clase obrera vienen dados por este sistema
criminal llamado capitalismo en el que una clase social es dueña de todos los
medios de producción. Esta situación es así haya o no crisis, haya o no
“bonanza” económica entre comillas, porque la explotación capitalista existirá
siempre que exista el capitalismo en cualquiera de sus formas.
Urge a la clase obrera organizarse para un fin
muy sencillo: la toma del poder político, la cual no se producirá mediante el
depósito de una papeleta en una urna electoral sino mediante la revolución. Una
revolución que ponga el poder en manos del pueblo, en manos de los que
verdaderamente producen la riqueza y que son los que hacen que esta sociedad funcione.
El fin es el poder obrero y el socialismo, el
único sistema económico que tiene como misión satisfacer las necesidades del
pueblo. En el capitalismo, y más tal y como se desarrolla negativamente, estas
opciones son quimeras. Por ello llamamos a los obreros a empezar a organizarse
y luchar conjuntamente con el PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL, como
herramienta que ayudará a vencer al capitalismo. No queremos poltronas, ni
cargos, simplemente queremos acabar con el capitalismo y construir una sociedad
mejor. En las manos de la clase obrera está el transformar esta realidad.
¡SI,
SE PUEDE, EN EL SOCIALISMO-COMUNISMO!
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