sábado, 3 de agosto de 2013

Las vacaciones, un lujo en nuestros días



La llegada del Verano era la época tradicional en que la clase obrera gozaba de los merecidos días de descanso después de un duro año de trabajo para los capitalistas, vacaciones generalmente pagadas y que podían alargarse hasta un mes. Esto es lo que se denominó el “Estado del Bienestar”. Sin embargo, todo era una quimera, pues en el capitalismo ni hay bienestar ni el Estado burgués se preocupa de nuestras necesidades. 

En primer lugar el llamado “Estado de Bienestar” respondió a una coyuntura en la que la existencia del campo socialista y la fuerza de la clase obrera, unida en torno a sus organizaciones de clase y a las ideas del marxismo, arrebató a la burguesía unas pequeñas migajas. El miedo a la revolución y la dimensión de la lucha de clases arrancó esas pequeñas reformas. A pesar de todo esto, los capitalistas siempre estuvieron pendientes de dar la vuelta a la tortilla. El Estado burgués es suyo, sus instituciones legislan para su beneficio, y ellos actúan en consonancia a esta realidad.  

Y llego su momento. La clase obrera occidental abandonó el camino de la lucha de clases y del marxismo sustituyéndolos por el mero reformismo o diversas teorías posmodernas que prometían un capitalismo “de rostro humano”: Mayo del 68, el movimiento autónomo, el revival del trotskismo, las corrientes neo-keynesianas, los foros sociales, la socialdemocracia, el socialismo del siglo XXI, los movimientos sociales, etc, en definitiva una amalgama de nuevas, pero a la misma vez viejas formas de teoría y praxis alejadas del socialismo científico. El resultado de la confrontación de toda este conjunto de teorías con el capitalismo, con el Estado de los capitalistas, es la más absoluta derrota de dicho popurrí anti-marxista. Y es que no se puede pretender vencer al capitalismo fortaleciendo la ideología burguesa en el seno del movimiento obrero. El resultado de la deserción del marxismo y de la lucha por la conquista del poder político es la mayor derrota histórica de la clase obrera, que vaga sin rumbo una y otra vez por respuestas reformistas y espontáneas que fracasan por su alejamiento de la ciencia del marxismo, del análisis científico del capitalismo y de la lucha de clases.

Los capitalistas, que nunca han abandonado la lucha de clases, se encontraron con el terreno abonado para su ofensiva. En el mundo real, aquel viejo dicho de “si uno no quiere dos no pelean” es simple y llana necedad. Y es que el desarrollo mismo del capitalismo y de la lucha de clases para beneficio de los capitalistas, exigía de estos que acabaran con todas las migajas ofrecidas a la clase obrera. Para ello liquidaron el mal llamado “Estado del Bienestar”, pues este ni siquiera en sus momentos de auge ofrecía nada más que engaños y vanas esperanzas a la clase obrera. En España por ejemplo, el desempleo nunca bajó del millón y medio de personas, con lo cual, hablar de “bienestar” es una broma de mal gusto. 

Dentro de estas migajas que se perdieron está la cuestión de las vacaciones. A día de hoy sectores mayoritarios de la clase obrera no pueden permitirse siquiera el pensar en períodos vacacionales. Millones de trabajadores en España venden su fuerza de trabajo sin un contrato de por medio, porque así el empresario gana más. ¿En que vacaciones puede siquiera pensar una persona sin contrato? Millones de trabajadores en España con contrato temporal no pueden permitirse el lujo de coger vacaciones, pues el empresario quiere explotarlos al máximo ¿En que vacaciones puede pensar un trabajador con contrato temporal que no puede cogerlas debido a que si lo hace dicho contrato, con seguridad, no será renovado? Millones de trabajadores en España cobran el salario mínimo, si es que llegan, o menos de mil euros al mes ¿Qué vacaciones pueden permitirse con semejante miseria? Millones de trabajadores en España, con contrato, no pueden ni pensar en las vacaciones debido a que numerosas reformas laborales y medidas anti-obreras firmadas por patronal y CCOO-UGT han reducido sus períodos vacacionales al mínimo. Claro que también nos encontramos con millones de trabajadores, desempleados y capas populares que no pueden siquiera pensar en vacaciones al no disponer de trabajo, al no tener dinero ni para comer y pasar hambre, porque ¿quién va a pensar en vacaciones si ni siquiera tiene para llenar el plato de comida diario?

Esto es lo que ofrece el capitalismo real a la clase obrera y los sectores populares. Cada vez menos trabajadores pueden permitirse el lujo de las vacaciones. Los capitalistas cada vez necesitan ganar más, por ello van a sacar plusvalía de debajo de las piedras, a costa de las escasas migajas que anteriormente nos concedían.

Sin embargo, no es época ni de lucha por la vuelta de esas migajas ni de conformarnos con esta situación a la que nos condenan. Porque hay un camino, que es el retorno a la lucha de clases y al socialismo científico, el arma que nos permitirá vencer al capitalismo causante de todas  nuestras desgracias. Porque si los trabajadores producimos toda la riqueza, que nos roba un puñado de capitalistas, no tenemos porque permitir que nos den las migajas. Todo lo producimos, todo lo podemos tener. Urge por ello dotarse de las herramientas adecuadas para la lucha de clases: el sindicato de clase en lo económico y el Partido Comunista en lo ideológico y político.  

Porque la meta no son las reformas, sino una sociedad en que las necesidades del pueblo sean una obligación a satisfacer por el Estado. Esa sociedad se llama socialismo, la primera fase del modo de producción comunista, que es la única que garantiza al trabajador las necesarias vacaciones pagadas, sociedad que garantiza a los trabajadores el disfrute de todos los centros vacacionales, sociedad en definitiva que garantiza el poder, la economía y la sociedad al servicio de los que trabajan y no al servicio de los que roban a los trabajadores.
 

¡RETOMEMOS LA LUCHA DE CLASES! 

¡POR LA SOCIEDAD DE LOS TRABAJADORES!

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