martes, 30 de abril de 2013
De la relación entre el Capital y los charlatanes del parlamento burgués. El Socialismo es la única salida
ENDESA coloca en la comisión directiva a uno de los padres de la constitución española, Miguel Roca
"Dime quién te recompensa y te diré a quíén sirves", podríamos decir de las figuras históricas de la "transción" del
fascismo a la democracia burguesa, ambas formas de manifestación de la
dictadura de la burguesía, en España. Por mucha propaganda de los medios
de comunicación burgueses que los ensalze y eleve día tras día a los
templos de la política desde hace más de 35 años los hechos
desenmascaran a quién beneficia y para quién se hizo la Constitución de
1978, construida por PCE-IU entre otros y alabada también por la “izquierda” del parlamento.
El abogado-político-empresario Miquel Roca que comenzó su actividad política en el Front Obrer de Catalunya
junto a los socialistas Narcís Serra y Pasqual Maragall y que más tarde
se convirtió en fiel representante de los intereses de la burguesía
catalana, CiU, ha sido nombrado por Endesa miembro de su Consejo de
Administración1. Ya
era miembro del Consejo de Administración del grupo cosntructor ACS, y
secretario no consejero del Banco Sabadell (2000), de Abertis
Infraestructuras, de TYPSA, de Accesos de Madrid, S.A.2 Como abogado defiende a Seguros Catalana Occidente, o a la Infanta Cristina.
No
es por adoración divina que los marxista-leninistas consideramos
maestros a Marx y a Lenin sino por su precisión a la hora de retratar
uno el capitalismo y el otro su fase superior y más avanzada: el imperialismo. Encontramos en la obra de Lenin de 1917 "El imperialismo, fase superior del capitalismo" el siguiento párrafo que describe a la perfección la alianza entre los capitalistas y sus títeres políticos del parlamento:
"La
unión personal" de los bancos y la industria se completa con la "unión
personal" de ambas con el gobierno. "Los puestos en los consejos de
administración -- escribe Jeidels -- son confiados voluntariamente a
personalidades de renombre, así como a antiguos funcionarios del Estado,
los cuales pueden proporcionar no pocas facilidades (!!) en las
relaciones con las autoridades. . . En el consejo de administración de
un banco importante hallamos generalmente a un miembro del parlamento o
del ayuntamiento de Berlín""
Para demostrar que no se trata de un
hecho aislado si no todo lo contrario, es decir, un fenómeno vinculado
al capitalismo, sirvan de botón de muestra unos cuantos ejemplos:
El
Parlamento y los partidos del Sistema – desde el PP a IU-PCE pasando por
el PSOE y los nacionalistas – son instrumentos de clase al servicio de
la burguesía, compuestos por burgueses mismos y/o oportunistas, que
anteponen sus intereses personales a los de la mayoría trabajadora.
Estos oportunistas siempre defenderán al imperialismo y al estado
capitalista, siendo enemigos jurados y declarados de la clase
trabajadora. Ni el gobierno, ni la Unión Europea, ni ninguna institución
burguesa van a solventar los problemas de la mayoría trabajadora, más
cuando son ellos, como esbirros de la burguesía, y el sistema
capitalista, los responsables de todos los males del Pueblo Trabajador.
El Partido Comunista Obrero Español hace un llamamiento a la unidad y
organización de los trabajadores; todos los sectores del proletariado –
jóvenes, mujer, jubilados, desempleados, jornaleros, trabajadores de
todos los sectores, estudiantes, etcétera – a conformar el Frente Único
del Pueblo (FUP), instrumento de poder popular mediante el que los
trabajadores podremos intervenir políticamente para resolver nuestros
problemas, y estos sólo pueden ser resueltos enterrando al capitalismo y
su estado burgués, que como hemos visto está en manos de esbirros de la
burguesía que son traidores y verdugos contra el Pueblo Trabajador, y
pariendo el Socialismo y a nuestro estado proletario donde sea la clase
mayoritaria, la Clase trabajadora, quien tenga en sus manos todo el
poder político y económico para exterminar la explotación del hombre por
el hombre, el robo y la miseria y reprimir a aquellos que viven a
cuerpo de rey, sometiendo al Pueblo y condenándolo al hambre, al paro y a
la miseria.
¡ABAJO EL IMPERIALISMO!¡ABAJO EL ESTADO CAPITALISTA!
¡SOCIALISMO O BARBARIE!
domingo, 28 de abril de 2013
¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAÍSES, UNÍOS!
Un Primero de Mayo de 1886, se encendió la llama proletaria en la ciudad de Chicago, donde el movimiento obrero lideró una contundente huelga general a lo largo de EEUU. Los reclamos del proletariado estadounidense en torno a la reducción de la jornada de 16 a 12 horas, los aumentos salariales y la mejora de las condiciones laborales, fueron calando entre el pueblo trabajador. La rápida extensión de la huelga hizo temblar los cimientos del gobierno de la patronal yanqui. El éxito arrollador de la huelga proletaria en aquel Primero de Mayo desencadenó la furia represiva de la burguesía yanqui, que aplastó con brutalidad ilimitada a la poderosa movilización obrera. Sicarios patronales, a sueldo del estado norteamericano, irrumpieron como hampones, asesinando a decenas de trabajadores. Las fuerzas represivas del régimen masacraron y detuvieron a miles de huelguistas, sometidos a los montajes judiciales del aparato estatal burgués. Decenas de dirigentes obreros fueron ejecutados en la horca, otros tantos condenados a cadena perpetua, mientras miles más fueron desterrados.
He ahí la
respuesta criminal con la que la parasitaria clase dominante obsequió,
obsequia y obsequiará a todos aquellos trabajadores que, conscientes de
que juntos producen la totalidad de la riqueza y se agigantan, deciden
decir basta, ante tanta explotación, miseria y degradación. Por ello, es
imprescindible reconstruir un movimiento obrero sólidamente organizado
en torno a una dirección revolucionaria y audaz, capaz de repeler los
ataques y pasar a la ofensiva.
Semejantes
dosis de terror capitalista en Chicago – que tanto recordaron la orgía
sanguinaria desatada por la burguesía francesa contra los heroicos
communards de la París insurrecta, apenas 15 años antes (1871)-,
desataron una poderosa ola de solidaridad internacional con los dignos
obreros asesinados y represaliados, denunciando sin contemplaciones el
salvajismo represor de la burguesía, mostrando a millones de
trabajadores la fortaleza inexpugnable del proletariado cuando éste
piensa y actúa como un solo puño. En memoria de aquella gesta proletaria
de Chicago, ahogada en sangre por los capitalistas, el Congreso
Internacional Obrero -reunido precisamente en París (1889)-, declaraba
el Primero de Mayo como Día de la Solidaridad Proletaria. Nacía “el día del trabajador”.
Poco
después, el primer Estado Obrero y Campesino surgido del triunfo
histórico de la primera Revolución Socialista de Octubre en 1917, no
tardó ni un segundo en declarar como festividad nacional todos los
Primero de Mayo, en recuerdo y honor de los obreros de Chicago
masacrados por el capitalismo. Se internacionalizaba definitivamente el
Día de la Solidaridad Proletaria, fecha combativa que exhortaba a la
clase trabajadora de todos los países a unirse y organizarse, a destruir
de raíz la maquinaria represora del Estado burgués, a emanciparse del
yugo de la explotación y la opresión capitalistas.
El PCOE, hoy
como ayer, hace un llamamiento a obreros y empleados, a la juventud,
desempleados y jubilados, a campesinos y autónomos, al conjunto del
pueblo trabajador apaleado por el capitalismo monopolista de Estado, a
recuperar las esencias de una celebración histórica que nace y sólo
cobra sentido desde las entrañas mismas del proletariado revolucionario y
socialista.
Millones de
trabajadores sufren en sus carnes la barbarie capitalista, que esclaviza
a unos mientras manda al pozo del desempleo a otros tantos. La misma
furia criminal con la que los capitalistas explotaron y masacraron al
proletariado de Chicago, es aplicada hoy por la oligarquía financiera,
que intensifica la explotación asalariada consciente de las
contradicciones irresolubles por las que discurre y las limitaciones
históricas de su reaccionario modo de producción y régimen político. La
conformación de bloques imperialistas pone de manifiesto que la lucha de
clases se extiende desde Madrid a Pekín, pasando por Moscú o Chicago.
El PCOE,
armado con la solidez teórico-práctica del socialismo científico y como
parte integrante y avanzada del proletariado, reconoce a la clase obrera
como único sujeto histórico revolucionario capaz de revertir la
insostenible situación actual, capaz de conducir a las masas laboriosas
hacia el socialismo. El proletariado debe convertir este día en una
jornada de lucha, de toma de conciencia, de unidad y de organización de
clase. A pesar de los cambios operados en el capitalismo en su etapa
imperialista, de las modificaciones sustanciales en la estructura
productiva al calor de la división internacional del trabajo impuesta
por la burguesía, hoy más que nunca, la clase obrera sigue siendo la
fuerza motriz del desarrollo social. Hoy más que nunca, por su cantidad y
calidad, el proletariado cuenta con las condiciones objetivas propicias
para caminar hacia la abolición de la propiedad privada sobre los
medios de producción y la explotación del trabajo ajeno, bases de la
acumulación de capital y origen de la degradación y miseria de las masas
laboriosas.
La esencia
de las leyes universales que rigen el sistema capitalista se manifiesta
en forma de crisis devastadoras y guerras de rapiña por la conquista de
nuevos mercados, por el control de fuentes de materias primas por parte
de los monopolios, que ponen a su servicio estructuras estatales y
supraestatales. Si las repetidas crisis no hacen más que retorcer los
grilletes del proletariado, las invasiones imperialistas (hoy emboscadas
bajo el epígrafe de “guerras humanitarias”) se centran en masacrar a
los pueblos en vías de desarrollo para expoliar sus recursos. El
imperialismo es una máquina generadora de explotación y miseria para
unos, y de esclavización y muerte para otros.
Este Primero
de Mayo, como todos los días del año, el PCOE volverá a salir a la
calle a fundirse con el proletariado, a contribuir en su elevación
política e ideológica. Saldrá a la calle con la firme voluntad comunista
de transformar a un proletariado manso, desorganizado y sometido en una
clase en sí y para sí, en un movimiento obrero combativo, organizado y
consciente de su poder revolucionario. Saldrá a la calle a denunciar el
reaccionario “consenso social” y las falsas salidas capitalistas, que
nos han llevado al actual momento que vivimos; a denunciar, en
definitiva, al decadente oportunismo, venga este de la socialdemocracia,
del sindicalismo reformista o de las diferentes sectas izquierdistas.
Ellos son también responsables directos de la voladura de las conquistas
obreras más básicas, logradas tras largas décadas de infatigable lucha
proletaria. Responsables de la depauperación, desmovilización y
enajenación de los trabajadores, mil veces traicionados por estos
servidores de la burguesía.
Las ricas
experiencias históricas del proletariado, en sus constantes avances y
retrocesos, no sólo nos muestran cuan negativo y nefasto puede ser el
trabajo de zapa del oportunismo en el movimiento obrero, sino que
también pone de manifiesto la inoperancia de la mera lucha sindical y
economicista. El triunfo de la revolución socialista y de las fuerzas
proletarias es inconcebible si la lucha contra la burguesía no abarca,
de forma dialéctica, los frentes económico, político e ideológico. La
realidad material que vivimos, confirma lo estéril de la lucha
economicista, así como la putrefacción del oportunismo.
Ya no hay
tiempo ni espacio para reivindicar mejoras de unos convenios que han
quedado reducidos a papel mojado, para plantear conflictos aislados
abocados al fracaso, para mendigar pactos infames ni seguir creyendo en
fraudulentos capitalismos “con rostro humano”. Cuando la contradicción
nuclear del momento gira en torno a imperialismo / socialismo
(capital/trabajo), ya sólo una vía táctica puede insuflar la fuerza
necesaria a millones de trabajadores vapuleados; recuperar las esencias
de 1886, hacer de la unidad y la solidaridad de clase, pilares maestros
del renacer proletario.
Y eso pasa
indefectiblemente, por organizar el poder popular desde los mismos
centros de trabajo, a través de los órganos democráticos proletarios, a
través de la Asamblea de Comités, Delegados y Trabajadores (ACDT), así
como la paralela consolidación de la Central Única de Trabajadores,
catalizadora de la reconstrucción del sindicalismo de clase en el
conjunto del Estado español, una Central Obrera y Socialista. Organizar
la resistencia popular en los barrios y centros de estudio, en el campo y
la ciudad, y que, bajo el liderazgo del proletariado, consolide la
columna vertebral del socialismo: el Frente Único del Pueblo (FUP).
Construir el Ejército Proletario capaz de enfrentar a la reacción y
liquidar al Estado de los monopolios, capaz de tomar el poder e
instaurar la dictadura revolucionaria del proletariado.
Decía el gran líder del proletariado mundial -Lenin-, un Primero de Mayo de 1904:
“Dos
mundos se alzan frente a frente en esta grandiosa lucha; el mundo del
capital y el mundo del trabajo, el mundo de la explotación y la
esclavitud, y el de la fraternidad y la libertad. Por una parte, hay un
puñado de ricos parásitos. En sus manos se concentran los talleres y las
fábricas, las herramientas y las máquinas. Han convertido millones de
hectáreas de tierra y montañas de dinero en su propiedad privada. Han
hecho del gobierno y el ejército sus criados, fieles guardianes de la
riqueza que han acumulado.
Por
otra parte, hay millones de desheredados, obligados a suplicar a los
ricos permiso de trabajo para ellos. Crean con su trabajo toda la
riqueza, mientras ellos mismos tienen que luchar toda la vida por un
pedazo de pan, mendigar el trabajo como una limosna, agotar sus fuerzas y
arruinar su salud en trabajos insoportables”
En este
Primero de Mayo de 2013 el PCOE, asumiendo las ricas enseñanzas emanadas
del socialismo científico, infatigable a la hora de desarrollar su
política de masas y sindical, hace suyas de nuevo las palabras del gran
dirigente comunista ruso. Como casi siempre sucede con Lenin, sus
escritos parecen haber sido redactados hoy mismo:
“No hay fuerza que pueda vencer al proletariado, porque su trabajo es
lo único que sostiene a las clases gobernantes y al gobierno. No hay en
el mundo fuerza capaz de aplastar a millones de obreros, cada vez más
conscientes, unidos y organizados (…)
¡Camaradas
obreros! ¡Preparémonos con redoblada energía para el combate decisivo
que se acerca! ¡Que se estrechen las filas de los proletarios
socialistas! ¡Que su voz se propague con amplitud cada vez mayor! ¡Que
la agitación en torno a las reivindicaciones obreras se despliegue cada
vez más con mayor audacia! ¡Que la celebración del Primero de Mayo
atraiga a nuestra causa a miles de nuevos combatientes y engrose
nuestras fuerzas en la grandiosa lucha por la libertad de todo el
pueblo, por la emancipación de todos los trabajadores del yugo del
capital!”
¡Viva la lucha de la clase obrera! ¡Viva el Primero de Mayo!
¡Proletarios de todos los países, uníos!
¡Por las Asambleas de Comités, Delegados y Trabajadores y el Frente Único del Pueblo!
¡Construyamos socialismo!
Comisión de Movimiento obrero y de masas del Comité Central del Partido Comunista Obrero Español (PCOE)
jueves, 25 de abril de 2013
Saimaza Dos Hermanas : ¡Lenin tenía razón!
El capitalismo en su fase imperialista exporta capitales. Es decir, para ganar más se llevan la producción a otros países donde pueden extraer una mayor plusvalía de la mano de obra. Esto fue teorizado por Lenin hace un siglo. Los voceros de la burguesía quieren hacernos creer que el leninismo está desfasado, que no tiene vigencia.
Que pregunten a los trabajadores de Saimaza en Dos Hermanas, cuya fábrica cierra por orden de la multinacional, del monopolio que la adquirió. Es una ley científica de desarrollo del capitalismo. Mientras la clase obrera no sea dueña de los medios de producción, la burguesía podrá hacer con ellos lo que le plazca, a pesar de que son los obreros los que producen esas mercancías y esa plusvalía con la que los burgueses obtienen sus ganancias.
Leemos en la prensa burguesa por ejemplo, que el grupo Mondelez International(antiguo Kraft Foods)
concentrará la producción en las restantes fábricas en territorio italiano. Es
decir, hará trabajar más a los obreros de dichas fábricas para obtener mayores
ganancias. Esto es debido a la exportación de capitales, como decimos, característica de la fase imperialista en que nos encontramos. Y ante todo ello , ¿cual es la respuesta de los trabajadores? la mera lucha sindical, que es una lucha económica, que por
esencia no rebasa los límites del marco burgués se muestra
impotente de ofrecer a los obreros otro futuro que no sea el paro y la miseria.
Es evidente que para hacer frente a todo esto hace falta la existencia de un
Partido Comunista, el PCOE, armado con la ciencia del marxismo-leninismo la
cual nos dice como actuar y prevé todos estos movimientos del capitalismo. ¿Acaso alguien le dijo a los trabajadores de Saimaza que los monopolios en el capitalismo exportan capitales? No. De ahí que ahora los trabajadores se encuentren perdidos y sin saber que hacer ante esta situación.
Los dueños de Saimaza, la burguesía, no tiene que rendir cuentas ante nadie a día de
hoy, nos sorprende la actitud de los partidos que apuntalan el orden burgués,
que están a las órdenes de los capitalistas por acción u omisión (PP, PSOE, IU,
PA, UPyD) de rogar a los burgueses que
no deslocalicen la producción, cuando ellos mismos saben que esto es una
necesidad intrínseca del capitalismo para desarrollarse, porque es un sistema
que se basa en el robo al obrero(plusvalía) y cuando este robo es insuficiente,
tienen que tender a robar aún más y destruir las fuerzas productivas que les
son sobrantes.
El PCOE tiene en sus manos la solución a todos estos
problemas, la táctica necesaria para cumplir la misión histórica del
proletariado: el poner fin a este orden burgués
capitalista que ya ha dicho todo lo que tenía que decir y no es más que
una lacra para el desarrollo de la sociedad y para una vida digna para la clase
obrera, haya o no crisis.
La táctica del PCOE consiste en propugnar la creación de
“Asambleas de Comités, Delegados y Trabajadores”(ACDT) que son los órganos de
poder emanados de los centros de trabajo, que tienen como función ejercer el
poder popular y controlar la producción. Estos órganos de poder tienen como
función confrontar con los órganos actuales del poder de la burguesía: los
parlamentos, las diputaciones, los ayuntamientos, y desarrollarán una lucha
basada en la dualidad de poderes hasta que el poder proletario venza mediante
la revolución socialista. Es la única alternativa que existe al capitalismo, la
conquista del poder político, porque en una sociedad de clases todo poder
beneficiará a la clase dominante.
En la época actual únicamente una lucha decidida por el poder
proletario nos llevará a una vida digna. El futuro negro que nos aguarda es
posible cambiarlo, si nos armamos con la ciencia del marxismo-leninismo, si nos
dotamos de un Partido Comunista fuerte y organizado que debe ser el PCOE y si
empezamos a dar la batalla a la burguesía más allá de la lucha por las
reformas, más allá de las huelgas económicas, más allá del derecho al pataleo.
Para ellos sólo somos mercancía, sólo somos fuerza de
trabajo a pesar de que somos los obreros que hacemos funcionar la sociedad. A
día de hoy los monopolios, los bancos, los empresarios, la burguesía
en general sabe que puede realizar cualquier ataque a los obreros con la
complicidad de los sindicatos amarillos y de los partidos del sistema. Pero
cuando los obreros se unen a su Partido, cuando ese Partido lucha no por
reformas sino por la conquista del poder político, los burgueses empiezan a
tener miedo. Porque saben que los obreros están armados de una teoría que es el
socialismo científico, de una praxis que es la lucha por el derribo del capitalismo y la contrucción de un orden mejor que es el socialismo-comunismo y empiezan a tener
miedo, mucho miedo.
Vosotros pues, los obreros, tenéis en vuestras manos la
herramienta para que el miedo cambie de bando que es el PARTIDO COMUNISTA
OBRERO ESPAÑOL(PCOE)
A continuación reproducimos un fragmento de la obra de Lenin "El imperialismo fase superior del capitalismo" que confirma la rabiosa actualidad de su pensamiento y teoría revolucionaria, más allá de fechas concretas.
IV.
LA EXPORTACIÓN DE CAPITAL
LA EXPORTACIÓN DE CAPITAL
Lo que caracteriza al viejo capitalismo, en el cual dominaba plenamente la libre competencia, era la exportación de mercancías. Lo que caracteriza al capitalismo moderno, en el que impera el monopolio, es la exportación de capital.
El capitalismo es la producción de mercancías en el grado más elevado de su desarrollo, cuando incluso la fuerza de trabajo se convierte en mercancía. El incremento del cambio tanto en el interior del país como, particularmente, en el terreno internacional, es el rasgo característico del capitalismo. El desarrollo desigual, a saltos, de las distintas empresas y ramas de la industria y de los distintos países es inevitable bajo el capitalismo. Inglaterra es la primera que se convierte en país capitalista, y hacia mediados del siglo XIX, al implantar el libre cambio, pretendió ser el "taller de todo el mundo", el proveedor de artículos manufacturados para todos los países, los cuales debían suministrarle, a cambio de ello, materias primas. Pero este monopolio de Inglaterra se vio quebrantado ya en el último cuarto del siglo XIX, pues algunos otros países, defendiéndose por medio de aranceles "proteccionistas", se habían transformado hasta convertirse en Estados capitalistas independientes.
En el umbral del siglo XX asistimos a la formación de monopolios de otro género : primero, uniones monopolistas de capitalistas en todos los países de capitalismo desarrollado; segundo, situación monopolista de unos pocos países ricos, en los cuales la acumulación de capital había alcanzado proporciones gigantescas. Se produjo un enorme "excedente de capital" en los países avanzados.
Naturalmente, si el capitalismo hubiera podido desarrollar la agricultura, que hoy día se halla en todas partes enormemente atrasada con respecto a la industria; si si hubiera podido elevar el nivel de vida de las masas de la población, la cual sigue arrastrando, a pesar del vertiginoso progreso de la técnica, una vida de subalimentación y de miseria, no habría motivo para hablar de un excedente de capital. Este "argumento" es el que esgrimen sin cesar los críticos pequeñoburgueses del capitalismo. Pero entonces el capitalismo dejaría de ser capitalismo, pues el desarrollo desigual y subalimentación de las masas son las condiciones y las premisas básicas e inevitables de este modo de producción.
Mientras el capitalismo sea capitalismo, el excedente de capital no se consagra a la elevación del nivel de vida de las masas del país, ya que esto significaría la disminución de las ganancias de los capitalistas, sino al acrecentamiento de estos beneficios mediante la exportación de capitales al extranjero, a los países atrasados. En estos países atrasados el beneficio es de ordinario elevado, pues los capitales son escasos, el precio de la tierra relativamente poco considerable, los salarios bajos y las materias primas baratas. La posibilidad de exportación de capitales la determina el hecho de que una serie de países atrasados han sido ya incorporados a la circulación del capitalismo mundial, han sido construidas las principales líneas ferroviarias o se ha iniciado su construcción, se han asegurado las condiciones elementales de desarrollo de la industria,, etc. La necesidad de la exportación de capitales obedece al hecho de que en algunos países el capitalismo ha "madurado excesivamente" y al capital ( atendiendo al desarrollo insuficiente de la agricultura y la miseria de las masas) le falta campo para su colocación "lucrativa".
He aquí datos aproximados sobre la cuantía de los capitales invertidos en el extranjero por los tres países más importantes [77 ]:
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Estos datos nos muestran que la exportación de capitales sólo adquiere un desarrollo gigantesco a principios del siglo XX. En vísperas de la guerra, el capital invertido en el extranjero por los tres países principales era de 175 200 mil millones de francos. La renta de esta suma, tomando como base el modesto tipo del 5%, debe ascender a 8 ó 9 mil millones anuales. ¡Una buena base para el yugo y la explotación imperialista de la mayoría de los países y naciones del mundo, para el parasitismo capitalista de un puñado de Estados riquísimos!
¿Cómo se distribuye entre los distintos países ese capital invertido en el extranjero; dónde está colocado? A estas preguntas no se puede dar más que una respuesta aproximada, la cual es capaz, sin embargo, de aclarar algunas relaciones y lazos generales del imperialismo moderno :
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Por lo que se refiere a Inglaterra, aparecen en primer plano sus posesiones coloniales, las cuales son muy grandes, incluso en América (por ejemplo, el Canadá), sin hablar ya de Asia, etc. La gigantesca exportación de capitales se halla en el caso de Inglaterra estrechamente relacionada con las colonias gigantescas, de cuya significación para el imperialismo volveremos a hablar más adelante. Distinto es el caso de Francia, cuyo capital extranjero se halla invertido principalmente en Europa, y en primer lugar en Rusia ( 10 mil millones de francos por lo menos), con la particularidad de que se trata sobre todo de capital de préstamo, de empréstitos públicos y no de capital invertido en empresas industriales. A diferencia del imperialismo inglés, que es colonial, el imperialismo francés puede ser calificado de usurario. Alemania ofrece una tercera variedad : sus colonias no son grandes, y el capital exportado lo tiene invertido en proporciones más iguales entre Europa y América.
La exportación de capitales repercute en el desarrollo del capitalismo dentro de los países en que aquéllos son invertidos, acelerándolo extraordinariamente. Si, debido a esto, dicha exportación puede, hasta cierto punto, ocasionar un estancamiento del desarrollo en los países exportadores, ello se puede producir únicamente a cambio de una extensión y un ahondamiento mayores del desarrollo del capitalismo en todo el mundo.
Los países que exportan capital pueden casi siempre obtener ciertas "ventajas", cuyo carácter arroja luz sobre las particularidades de la época del capital financiero y del monopolio. He aquí, por ejemplo, lo que decía en octubre de 1913 la revista berlinesa Die Bank:
"En el mercado internacional de capitales se está representando desde hace poco tiempo una comedia digna de un Aristófanes. Un buen número de Estados, desde España hasta los Balcanes, desde Rusia hasta la Argentina, el Brasil y China se presentan, abierta o encubiertamente, ante los grandes mercados de dinero exigiendo, a veces con extraordinaria insistencia, la concesión de empréstitos. Los mercados de dinero no se hallan actualmente en una situación muy brillante, y las perspectivas políticas no son halagüeñas. Pero ninguno de los mercados monetarios se decide a negar un empréstito por miedo a que el vecino se adelante, lo conceda y, al mismo tiempo, se asegure ciertos servicios a cambio del servicio que él presta. En las transacciones internacionales de esa clase el acreedor obtiene casi siempre algo en provecho propio : un favor en el tratado de comercio, una base hullera, la construcción de un puerto, una concesión lucrativa o un pedido de cañones" [78].
El capital financiero ha creado la época de los monopolios. Y los monopolios llevan siempre consigo los principios monopolistas : la utilización de las "relaciones" para las transacciones provechosas reemplaza a la competencia en el mercado abierto. Es muy corriente que entre las cláusulas del empréstito se imponga la inversión de una parte del mismo en la compra de productos al país acreedor, particularmente de armamentos, barcos, etc. Francia ha recurrido muy a menudo a este procedimiento en el transcurso de las dos últimas décadas (1890-1910). La exportación de capitales pasa a ser un medio de estimular la exportación de mercancías. Las transacciones que se efectúan en estos casos entre las más grandes empresas tienen un carácter tal, que, según el eufemismo de Schilder [79], "lindan con el soborno". Krupp en Alemania, Scheider en Francia y Armstrong en Inglaterra constituyen otros tantos modelos de esas casas íntimamente ligadas con los bancos gigantescos y con los gobiernos, y de las cuales es difícil "prescindir" al negociarse un empréstito.
Francia, al mismo tiempo que concedía empréstitos a Rusia, le "impuso" en el contrato de comercio del 16 de septiembre de 1905 ciertas concesiones valederas hasta 1917; lo mismo cabe decir del tratado comercial suscrito el 19 de agosto de 1911 con el Japón. La guerra aduanera entre Austris y Servia, que se prolongó, con un intervalo de siete meses, de 1906 a 1911, se debió en parte a la competencia entre Austria y Francia en el suministro de material de guerra a Servia. Paul Deschanel declaró en el Parlamento, en enero de 1912, que entre 1908 y 1911 las casas francesas habían suministrado materiales de guerra a Servia por valor de 45 millones de francos.
En un informe del cónsul austro-húngaro en Sao Paulo ( Brasil) se dice : "La construcción de los ferrocarriles brasileños se realiza, en su mayor parte, con capitales franceses, belgas, británicos y alemanes; dichos países, al efectuarse las operaciones financieras relacionadas con la construcción de las vías férreas, se reservan los pedidos de materiales de construcción ferroviaria".
Así, pues, el capital financiero tiende sus redes, en el sentido textual de la palabra, en todos los países del mundo. En este aspecto desempeñan un papel importante los bancos fundados en las colonias, así como sus sucursales. Los imperialistas alemanes miran con envidia a los "viejos" países coloniales, los cuales disfrutan en este aspecto de condiciones particularmente "ventajosas". Inglaterra tenía en 1904 un total de 50 bancos coloniales con 2.279 sucursales (en 1910, eran 72 bancos con 5.449 sucursales); Francia tenía 20 con 136 sucursales; Holanda poseía 16 con 68; mientra que Alemania tenía "solamente" 13 con 70 sucursales [80]. Los capitalistas norteamericanos envidian a su vez a los ingleses y alemanes : "En América del Sur -se lamentaban en 1915- 5 bancos alemanes tienen 40 sucursales, 5 ingleses 70 sucursales...Inglaterra y Alemania en el transcurso de los últimos veinticinco años han invertido en la Argentina, el Brasil y Uruguay 4 mil millones de dólares aproximadamente; como resultado de ello disfrutan del 46% de todo el comercio de esos tres países" [81].
Los países exportadores de capital se han repartido el mundo entre sí en el sentido figurado de la palabra. Pero el capital financiero ha llevado también al reparto directo del mundo.
__________________
[77] Hobson. Imperialism, Londres, 1902, pág. 58; Riesser. Obra cit., págs. 395 y 404; P. Arndt. En Weltwirtschaftliches Archiv, t. 7, 1916, pág.35; Neymark. En el Bulletin; Hilferding. El capital financiero, pág. 492; Lloyd George. Discurso en la Cámara de los comunes, 4 de mayo de 1915, Daily Telegraph del 5 de mayo de 1915; B. Harms, Probleme der Weltwirtschaft, Jena, 1912, págs. 235 y otras; Dr. Siegmund Schilder. Entwicklungstendenzen der weltwirtschaft,, Berlín, 1912, vol. 1, pág. 150; george Paish. Great Britain´s Capital Investmentes, etc., en Journal of the Royal Statistical Society, vol. LXXIV, 1910-1911, págs.167 y siguintes; Geoerge Diouritch. L´Expansion des banques allemandes a l´étanger, ses rapports avec le développement économique de l´Allemagne, París. 1909, pág. 84.
[78] Die Bank, 1913, N° 2, págs. 1024-1025.
[79] Schilder. Obra cit., págs. 346, 350 y 371.
[80] Riesser. Obra cit., pág.375 (4a edición) y Diouritch, pág. 283.
[81] The Annals of the American Academy of political and Social Science, vol. LIX mayo de 1915, pág. 301. En esta misma publicación, en la pág, 331,leemos que en el último número de la revista financiera Statist el conocido especialista en estadística Paish calculaba en 40 mil millones de dólares, esto es, 200 mil millones de francos, los capitales exportados por Inglaterra, Alemania, Francia, Bélgica y Holanda.
LOS CAPITALISTAS NOS OFRECEN UN SUGERENTE MENÚ: PARO, MISERIA Y MIERDA.
El capitalismo es un sistema de producción que no
tiene como función el satisfacer las necesidades del pueblo, sino permitir al
capitalista(al empresario) obtener la mayor ganancia posible sin que para ello
importen los métodos. Dentro del capitalismo, al producirse para ganar cada vez
más, llega un momento en que la abundancia de mercancías producidas hace que la
sociedad no pueda adquirir todas y de ahí que se produzcan las crisis del
sistema: las crisis de sobreproducción. Observemos por ejemplo el caso concreto
de España y veremos que en esta época de crisis, cuanta mayor abundancia de
viviendas vacías existen se produce a la misma vez la crónica tragedia de los
desahucios a la clase trabajadora.
Los capitalistas necesitan producir cada vez más y más
barato lo que les lleva a reducir los salarios, aumentando así la plusvalía que
obtienen, para poder sobrevivir ante la competencia nacional y extranjera.
Además los capitalistas no producen según las necesidades ni según lo que haga
falta, sino que producen para conseguir mayores beneficios.
Esta anarquía de la producción conjunto a las cada vez
peores condiciones de vida de la clase obrera son los factores que determinan
las crisis del capitalismo. Llega un momento en el que cada vez más amplios
sectores de la sociedad no pueden adquirir todas las mercancías que salen al
mercado, lo que hace que estas no encuentren comprador y por ende conlleva la
crisis de sobreproducción. Es decir, producimos más que nunca y podemos comprar
menos que nunca.
Los efectos de la crisis de dejan notar entre la clase
obrera. A día de hoy el paro sobrepasa las 6.202.700 personas con una tasa de
paro del 27,16%. De toda esta cifra más de la mitad son parados
de larga duración, con dos millones de
hogares con todos sus integrantes en paro y una tasa de desempleo juvenil
que supera el 57%. Estos son datos
del propio estado burgués por medio de la Encuesta de Población Activa.
¿Pero de quién es la culpa? La burguesía nos dirá, para
engañarnos, que la culpa es de los asesores, de los coches oficiales, de las
autonomías, de la corrupción inherente al capitalismo,etc. Como hemos
explicado, esta crisis es debida al propio funcionamiento del capitalismo.
¿Entonces porqué nos engañan? Usando el proverbio chino un poco modificado
“cuando el sabio señala la luna nos hacen mirar el dedo”. Es decir, la
burguesía necesita que vivamos en un engaño constante para no darnos cuenta de
que todos los males vienen de un sistema político, económico y social que se
llama capitalismo y que no funciona.
Los burgueses, los empresarios, siempre buscarán un cabeza
de turco o incluso sacrificarán peones para que su dominio de clase y su
sistema no se vea cuestionado.
Cuando su sistema de partidos políticos se va al traste,
financian y promocionan nuevas opciones para lavar la cara a su maltrecha
imagen y evitar que señalemos al capitalismo como culpable. Sacan de la
chistera inventos como UPD o apagafuegos como los Alberto Garzón o el bipartito
“de izquierda” andaluz.
También libran la batalla en el terreno de lo ideológico,
utilizando los mass media. Nos hacen creer que cadenas como La Sexta o diarios
como Público defienden los intereses de las clases populares, nada más lejos de
la realidad. Sólo difunden ideología burguesa y “soluciones” que no cuestionan
el sistema, ergo no son soluciones sino parte del problema. Por poner un
ejemplo La Sexta y el diario faccioso La Razón tienen los mismos dueños, el
grupo Planeta.
Así usan también a los bufones de la progresía, personajes
de calado mediático entre las masas para convencernos que todos los males de la
clase obrera se hallan en que un determinado político al servicio de los
capitalistas recibía sobres con dinero sucio. El mismo truco que utiliza por
ejemplo la industria hollywoodiense con el género del “Feel Good Movies”,
películas que denuncian superficialmente los males del capitalismo, pero
atribuyéndolo a malas conductas personales o donde el currito de a pié siempre
gana. Nada más lejos de la realidad, adoctrinamiento puro.
Dentro de esta difusión de ideología burguesa juegan un
papel muy importante los reformistas, cuyo
target es gente con ciertas inquietudes pero a los que imbuyen de ideología
socialdemócrata. Baste ver un pasado programa en el que la solución a todos los
males que nos ofrecían era reeditar un bipartito PSOE-IU a nivel estatal,
imitando al andaluz. Defensa del capitalismo en estado puro.
¿Pero qué es lo que intentan ocultar? ¿Cuál es el enemigo y
cual es la esencia del capitalismo? Señalémoslo con un ejemplo práctico.
Recibimos la noticia de que el grupo “Mediterránea de Cátering”, es investigado
por la aparición de restos de heces en la comida que reparte en los hospitales
de Navarra, servicio por cierto privatizado como podemos observar. Es decir las
necesidades por parte de los capitalistas de producir cada vez más y más barato
para vencer a la competencia les lleva a saltarse cualquier norma o cualquier
estándar de calidad en el proceso de producción o en el sevicio. Y la
alimentación es uno de los procesos productivos clave, ya que se producen
mercancías de primera necesidad para la sociedad.
Pero es que además esta empresa es reincidente en servir
basura a los hospitales navarros. Sin embargo, ahí siguen. ¿Y de dónde sale
esta “Mediterránea de Catering”? Pues es nada más y nada menos que propiedad de
Arturo Fernández, vicepresidente de la CEOE, empresario, oligarca y propietario
de multitud de grupos empresariales. Es decir, aquí tenemos la luna, uno de los
culpables; no sólo él sino toda la clase burguesa que nos condena a este modo
de producción putrefacto que ya no tiene nada que ofrecer a los trabajadores.
Porque ofrecer mercancías-basura no es capricho ni maldad de
una empresa determinada, sino que esa empresa se ve obligada a hacerlo para
vencer a una competencia que ahorrará costes también como y cuanto pueda. Es
decir, si este empresario no produce basura a un precio irrisorio, vendrá otro
capitalista(empresario-emprendedor) que lo haga y que consiga imponerse
en el mercado.
Pero esto no queda aquí. Los capitalistas en su
afán de producir cada vez más barato deslocalizan capitales a terceros países
donde la mano de obra que adquieren es semi-esclava y goza de menores salarios
y derechos laborales que en el Estado Español. Curiosamente, el mismo estado
capitalista o las autonomías incentivan la deslocalización con la excusa de la
expansión del capital español a nivel internacional; un eufemismo para decir
que se llevan nuestro dinero, el producto que los obreros producimos a otros
países para aumentar sus cuentas de resultados. Ellos son los dueños de los
medios de producción y pueden hacer con ellos lo que les venga en gana. Ese es
otra parte del problema, que como dijimos algunos intentan ocultar.
Y hay más. Los capitalistas, para abaratar los
costes sin importar la calidad, recurren constantemente a la tercerización de
servicios, es decir, a las subcontratas para producir cada vez más barato y por
ende peor. Es decir, una empresa consigue un contrato para producir una
determinada mercancía y no es ella misma la que lo elabora sino que recurre a
una tercera empresa para que fabrique este producto por ella. Esto es así
porque las condiciones laborales, contractuales en la empresa subcontratada
hacen que el empresario original se ahorre una buena cantidad de dinero, con la
que acumular cada vez más capital.
El capitalismo tiende a la concentración de
capitales. Las grandes empresas vencen a las pequeñas ante la imposibilidad de
competir con estas en el terreno de la libre competencia. Por ejemplo una
empresa pequeña de comidas no puede ofrecer los mismos precios que el
conglomerado empresarial del señor Fernández, puesto que el grupo de este último obtiene mejores precios de los
proveedores debido a su volumen y por ende le permite bajar los precios, o su
posición dentro del sistema le permite proporcionar a quién decide la concesión
del contrato un “jugoso aliciente” para conseguirlo. Capitalismo en estado
puro, lo que algunos tratan de ocultarnos. Este capitalismo como vemos solo
trae miseria y empobrecimiento a la clase obrera y al conjunto de los
trabajadores, y encima nos hacen comer mierda
Ante ello, los comunistas luchamos por la única
alternativa válida y demostrada a este sinsentido capitalista: una economía
planificada científicamente y centralizada, que tenga como fin no el lucro sino
la satisfacción de las necesidades de la clase obrera. Una economía planificada
donde se racionalicen los recursos, frente al despilfarro banal de los
capitalistas. Una economía planificada que garantiza el pleno empleo, la
educación, la sanidad, el acceso a la cultura y a una vida digna para las
grandes masas obreras. Una sociedad sin patrones ni explotados, una sociedad
donde el poder emana de los centros de trabajo, de las fábricas, de las uniones
de campesinos y jornaleros.
Seguir apostando por mantener el capitalismo, ya
sea por parte de aquellos que necesitan objetivamente mantenerlo, los que viven
comodamente en él a costa de los trabajadores o los que por miedo a la
revolución y a la lucha de la clase obrera optan por las reformas es seguir
engañando a la clase obrera. Urge pues organizarse en las filas del Partido
Comunista Obrero Español, la organización que armada con la ciencia del
marxismo-leninismo guíe al proletariado y a sus clases aliadas a la toma del
poder y a la construcción de la sociedad socialista.
Porque no queremos más miseria, más paro, más
corrupción, más robo a los obreros, en definitiva porque no queremos
capitalismo, y porque no queremos comer mierda(quién pueda permitirse comer en
el capitalismo, claro está)
lunes, 22 de abril de 2013
Libro de Enríque Lister "Así destruyó Carrillo el PCE", un caso de manipulación por parte del revisionismo
El oportunismo, como ideología burguesa en el seno del movimiento obrero, siempre ha tratado de tergiversar el marxismo para adaptarlo a sus intereses de clases, a los intereses de la socialdemocracia y la pequeña burguesía.
Así surgió el mantra de la aplicación del "marxismo creador" para echar por tierra los fundamentos del leninismo, en pro de una completa revisión y adaptación de la teoría revolucionaria, para hacerla admisible para una mentalidad que no se correspondía con la de la clase más avanzada de la historia, la clase obrera. Los Partidos Comunistas se fueron llenando de elementos de extracción no obrera, de elementos pequeño burgueses que se proletarizaban y que portaban su propia visión del mundo y de la lucha de clases. Ese fue el orígen del oportunismo, del revisionismo.
El antiguo PCE no fue ajeno a esta deriva revisionista y socialdemócrata, al dejar de lado la lucha ideológica y la formación teórica de sus militantes. Un histórico del comunismo español, Enríque Lister nos narra en este libro, a través de la figura del anticomunista Santiago Carrillo. Como nos explica en estas páginas, nada bueno pudo salir de esta deriva revisionista y el enfermo era incurable, como demuestra la adscripción socialdemócrata del PCE actual.
Sin embargo, las nauseabundas prácticas del oportunismo llegan hasta la censura de las mismas páginas de este libro. La anterior y única hasta ahora edición digital, realizada por el PCE de Sevilla eliminó las partes más incomodas para esta organización socialdemócrata, cerca de 150 páginas que hablaban de la imposibilidad de recuperar el PCE y del nacimiento del PCOE como organización que intentaría, e intenta, convertirse en el Partido de la clase obrera, fiel al marxismo-leninismo tanto en la teoría como en la estructura organizativa. Se denota pues que las palabras de Lister siguen molestando a esa sigla pervertida que hace tiempo que abandonó el marxismo-leninismo para convertirse en simple muletilla del capitalismo, en su apagafuegos.
Aquí tienen la versión recortada y censurada por el oportunismo
http://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&frm=1&source=web&cd=1&cad=rja&ved=0CDIQFjAA&url=http%3A%2F%2Fwww.pcasevilla.org%2Fantigua%2Fimages%2Fdescarga52.pdf&ei=Fll1UYjYN-aR7Abwz4CYAQ&usg=AFQjCNFzEZFALJDz0ABCikYE-Ewk6Cee2Q&sig2=iqoopvDRnl2QuRuejiSlPA
Sin embargo, los comunistas compreometidos en la contrucción de la organización leninista y de la recuperación teorica del marxismo leninismo no se quedaron de brazos cruzados. Hoy ese trabajo da dus frutos y gracias a la Biblioteca Digital del PCOE y al trabajo abnegado de su militancia podemos disfrutar de la obra completa de Enrique Lister, tanto la digitalización como el escaneo que demuestra la manipulación que el PCE de Sevilla realizó de dicha obra,a la misma vez que impide nuevos y bochornosos intentos de tergiversar obras clave de la historia del marxismo en España.
El lector puede encontrarlo en descarga en el siguiente enlace
http://www.mediafire.com/?574d18hbhqhlg11
o en la Biblioteca Digital del PCOE
http://pcoe.net/libros_digitales.html
domingo, 21 de abril de 2013
TESIS SOBRE LA DEMOCRACIA BURGUESA Y LA DICTADURA DEL PROLETARIADO
I CONGRESO INTERNACIONAL COMUNISTA -1919
TESIS
SOBRE LA DEMOCRACIA BURGUESA Y LA DICTADURA DEL PROLETARIADO
1. - El desarrollo del movimiento revolucionario del proletariado en todos los países ha suscitado los esfuerzos convulsivos de la burguesía y sus agentes para que las organizaciones obreras encuentren pretextos políticos e ideológicos que defiendan el dominio de los explotadores. Entre estos pretextos se ponen de relieve de manera particular la condena de la dictadura y la defensa de la democracia. La falsedad y la hipocresía de esta argumentación, repetida de mil formas en toda la prensa capitalista y en la conferencia de la Internacional amarilla, celebrada en Berna en febrero de 1919, son evidentes para todos aquellos que no quieran traicionar los postulados fundamentales del socialismo.
2. – Primero, en esta argumentación, se manejan los conceptos de "democracia en general" y "dictadura en general", sin preguntar de que clase se trata. Enfocar así el problema, fuera o por encima de las clases, como si se tratase de todo el pueblo, significa simplemente mofarse de la doctrina fundamental del socialismo, es decir de la doctrina de la lucha de clase, que se reconoce de palabra pero se olvida en los hechos por esos socialistas que se han pasado a la burguesía. De hecho, en ningún país civilizado capitalista existe la "democracia en general", sino que existe solamente la democracia burguesa, y la dictadura de la que se habla no es la "dictadura en general", sino la dictadura de la clase oprimida, es decir del proletariado, sobre los opresores y explotadores, es decir sobre la burguesía, con el fin de acabar con la resistencia que los explotadores oponen en la lucha por su dominio.
3. – La historia enseña que nunca ninguna clase oprimida ha llegado y ha podido acceder al dominio sin atravesar un período de dictadura, es decir de conquista del poder político y de represión violenta de la resistencia más encarnizada y más desesperada, que no renuncia a ningún crimen, como es la que siempre han opuesto los explotadores. La burguesía, cuyo dominio es defendido hoy por los socialistas que se lanzan contra la "dictadura en general" y se desviven por exaltar la "democracia en general", ha conquistado el poder en los países avanzados por medio de una serie de insurrecciones y guerras civiles, con la represión violenta de los reyes, los señores feudales, los propietarios de esclavos y sus tentativas de restauración. Los socialistas de todos los países, en sus libros y folletos, en las resoluciones de sus congresos, en sus discursos de agitación, han ilustrado al pueblo millares y millones de veces el carácter de clase de estas revoluciones burguesas, de esta dictadura burguesa. Y por tanto, cuando hoy se defiende la democracia burguesa con discursos sobre la "democracia en general", cuando hoy se grita y se clama contra la dictadura del proletariado fingiendo gritar contra la "dictadura en general", no se hace más que traicionar al socialismo, pasarse de hecho a la burguesía, negar al proletariado el derecho a la propia revolución proletaria, defender el reformismo burgués en el momento histórico en el que ha fracasado en todo el mundo y la guerra ha creado una situación revolucionaria.
4. – Todos los socialistas, explicando el carácter de clase de la civilización burguesa, de la democracia burguesa, del parlamentarismo burgués, han expresado la misma idea que ya Marx y Engels habían expuesto con el máximo rigor científico, diciendo que la república burguesa más democrática no es más que una máquina que permite a la burguesía aplastar a la clase obrera, que permite a un puñado de capitalistas aplastar a las masas trabajadoras. No hay un solo revolucionario, no hay un solo marxista, entre los que actualmente claman contra la dictadura y a favor de la democracia, que no jure y perjure ante los obreros aceptar esta verdad fundamental del socialismo. Pero justo ahora, mientras el proletariado revolucionario está en fermentación y se moviliza para destruir esta máquina de opresión y para conquistar la dictadura del proletariado, estos traidores del socialismo presentan las cosas como si la burguesía hubiese regalado a los trabajadores la "democracia pura", como si la burguesía, renunciando a resistir, estuviese dispuesta a someterse a la mayoría de los trabajadores, como si en la república democrática no hubiese habido y no hubiese una máquina estatal para la opresión del trabajo por parte del capital.
5. – La Comuna de París, que todos aquellos que desean pasar por socialistas honran de palabra, ya que saben que las masas obreras sienten por ella una simpatía apasionada y sincera, ha mostrado con singular evidencia el carácter históricamente convencional y el valor limitado del parlamentarismo y de la democracia burguesa, instituciones sumamente progresivas respecto al medioevo, pero que requieren inevitablemente una transformación radical en la época de la revolución proletaria. El propio Marx, que ha valorado mejor que nadie el alcance histórico de la Comuna, ha mostrado, analizándola, el carácter explotador de la democracia burguesa y del parlamentarismo burgués, en donde las clases oprimidas se ven con el derecho concedido a decidir, una vez cada tantos años, qué exponente de las clases pudientes deberá "representar y reprimir" (ver-und zertreten) al pueblo en el parlamento. Justo ahora que el movimiento de los soviets, abrazando al mundo entero, prosigue la obra de la Comuna ante los ojos de todos, los traidores del socialismo olvidan la experiencia y las enseñanzas concretas de la Comuna de París, volviendo a enarbolar el viejo trasto burgués de la "democracia en general". La Comuna no fue una institución parlamentaria.
6. – El significado de la Comuna está además en el hecho de que intentó machacar y destruir los cimientos del aparato estatal burgués, burocrático, judicial, militar y policial, sustituyéndolo con la organización autónoma de las masas obreras, que no conocía distinciones entre el poder legislativo y el poder ejecutivo. Todas las repúblicas democráticas burguesas contemporáneas, incluida la alemana, que los traidores del socialismo sin importarles faltar a la verdad llaman proletaria, mantienen este aparato estatal. De esta manera se confirma una vez más, y con absoluta evidencia, que los clamores en defensa de la "democracia en general" son en realidad una defensa de la burguesía y de sus privilegios de explotadora.
7. – La "libertad de reunión" se la puede considerar una petición calcada de la de "democracia pura". Cualquier obrero consciente, que no haya roto con su clase, comprenderá rápidamente que sería absurdo prometer la libertad de reunión a los explotadores en un período y en una situación en la que los explotadores oponen resistencia para no ser abatidos y defienden sus propios privilegios. La burguesía, cuando era revolucionaria, tanto en Inglaterra en 1649 como en Francia en 1793, no concedió nunca "libertad de reunión" a los monárquicos y a los nobles, que habían llamado a los ejércitos extranjeros y se "reagrupaban" para organizar un intento de restauración. Si la burguesía actual, que desde hace tiempo ha pasado a ser reaccionaria, exige del proletariado que le garantice preventivamente la "libertad de reunión" a los explotadores, con independencia de la resistencia que los capitalistas opongan a ser expropiados, los obreros lo único que pueden hacer es reírse de esta hipocresía burguesa.
Por otra parte, los obreros saben bien que la "libertad de reunión" es una frase vacía hasta en la república burguesa más democrática, porque los ricos disponen de todos los mejores edificios públicos y privados, tienen suficiente tiempo para reunirse y gozan de la protección del aparato burgués del poder. Los proletarios de la ciudad y del campo y los pequeños campesinos, es decir, la inmensa mayoría de la población, no tienen nada de esto. Y hasta que no cambie la situación, la "igualdad", es decir la "democracia pura" es un engaño. Para conquistar la igualdad efectiva, para realizar de hecho la democracia para los trabajadores, hay que quitar primero a los explotadores todos los edificios públicos y los lujosos edificios privados, hay que asegurar primero tiempo libre a los trabajadores, hay que hacer de tal modo que la libertad de sus reuniones sea defendida por los obreros armados y no por los nobles y oficiales capitalistas con sus soldados embrutecidos. Solo después de este cambio se podrá hablar de libertad de reunión y de igualdad, sin que esto suene como un insulto a los obreros, a los trabajadores y a los pobres. Pero nadie podrá hacer este cambio más que la vanguardia de los trabajadores, el proletariado, abatiendo a los explotadores, la burguesía.
8. – La "libertad de prensa" también es una de las consignas fundamentales de la "democracia pura". Sin embargo, los obreros saben, y los socialistas de todos los países han reconocido millones de veces, que esta libertad es un engaño, en la medida en que las mejores imprentas y las inmensas partidas de papel permanecen en manos de los capitalistas, en la medida en que permanece sobre la prensa el poder del capital, que se manifiesta en el mundo entero de forma tan evidente, brutal y cínica, cuanto más desarrollados están la democracia y el sistema republicano, como por ejemplo en América. Para conquistar la igualdad efectiva y la democracia real para los trabajadores, los obreros y los campesinos, hay que quitar primero al capital la posibilidad de contratar escritores, comprar las editoriales y corromper los periódicos, y, para hacer esto, hay que abatir el yugo del capital, derribar a los explotadores y aplastar su resistencia. Los capitalistas siempre han llamado "libertad" a la libertad para enriquecerse de los ricos y a la libertad para morir de hambre de los obreros. Los capitalistas llaman libertad de prensa a la libertad de los ricos para corromper la prensa, a la libertad para usar sus riquezas para fabricar y falsear la llamada opinión pública. En realidad los defensores de la "democracia pura" son los defensores del más inmundo y corrupto sistema de dominio de los ricos sobre los medios de instrucción de masas, y engañan al pueblo, en cuanto lo disuaden, con sus bonitas frases seductoras y profundamente hipócritas, de la función histórica concreta de liberar a la prensa de su sometimiento al capital. La efectiva libertad e igualdad se tendrá en el sistema construido por los comunistas y en el que será imposible enriquecerse a costa de otros, en el que no habrá la posibilidad objetiva de someter directamente o indirectamente la prensa al poder del dinero, en el que nadie impedirá a cualquier trabajador (o grupo de trabajadores de cualquier entidad) de gozar según las normas y los hechos del igual derecho de usar las imprentas y el papel que pertenecen a la sociedad.
9. – La historia de los siglos XIX y XX ha mostrado incluso antes de la guerra qué es en realidad la famosa "democracia pura" en un régimen capitalista. Los marxistas siempre han sostenido que, cuanto más desarrollada y "pura" es la democracia, tanto más evidente e implacable se hace la lucha de clase, tanto más el yugo del capital y la dictadura de la burguesía aparecen en su "pureza". El asunto Dreyfus en la Francia republicana, las sanguinarias represiones de huelguistas a manos de bandas pagadas y armadas por los capitalistas en la libre y democrática república americana, éstos y otros miles de hechos similares ponen totalmente al descubierto esa verdad que la burguesía se esfuerza por ocultar usando todos sus medios, la verdad de que en las repúblicas más democráticas reinan de hecho el terrorismo y la dictadura de la burguesía, los cuales se manifiestan abiertamente cada vez que a los explotadores les empieza a parecer que el poder del capital está en cuestión.
10. – La guerra imperialista de 1914-1918 ha revelado definitivamente, incluso para los obreros menos adelantados, el carácter real de la democracia burguesa hasta en las repúblicas más libres: la democracia burguesa es la dictadura de la burguesía. Decenas de millones de hombres han sido matados e incluso en las repúblicas más democráticas ha sido instaurada la dictadura militar de la burguesía, para permitir que el grupo de millonarios y multimillonarios alemanes o ingleses se enriqueciera. Esta dictadura militar está todavía en vigor en los países de la Entente aun después de la caída de Alemania. Precisamente la guerra, más que cualquier otra cosa, ha abierto los ojos a los trabajadores, ha arrancado a la democracia burguesa su máscara, ha mostrado al pueblo cuan ingentes beneficios y especulaciones se han hecho durante la guerra y a causa de la guerra. La burguesía ha hecho esta guerra en nombre de la "libertad" y de la "igualdad", y, en nombre de la "libertad" y de la "igualdad" se han enriquecido fabulosamente los proveedores del ejército. Ningún esfuerzo de la Internacional amarilla de Berna conseguirá esconder a las masas el carácter explotador ahora ya definitivamente desenmascarado de la libertad burguesa, de la igualdad burguesa y de la democracia burguesa.
11. – En Alemania, en el país capitalista más avanzado del continente europeo, los primeros meses de completa libertad republicana tras la caída de la Alemania imperialista, han mostrado a los obreros alemanes y a todo el mundo en qué consiste la verdadera esencia de clase de la república democrática burguesa. El asesinato de Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo es un hecho de repercusión histórica mundial, no sólo porque han caído trágicamente los mejores elementos y los dirigentes de la efectiva Internacional proletaria comunista, sino también porque un Estado europeo avanzado (y, se puede decir sin exageración, un Estado avanzado a nivel mundial) ha revelado hasta el fondo su esencia clasista. Si los ciudadanos que se encuentran detenidos, es decir, tomados por el poder estatal bajo su tutela, pueden ser asesinados impunemente por los funcionarios y los capitalistas, mientras está en el poder un gobierno de socialpatriotas, de esto se deduce que la república democrática donde este hecho puede acaecer es una dictadura de la burguesía. Quien expresa su indignación por el asesinato de Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo pero no comprende esta verdad no da prueba más que de su obtusidad o hipocresía. La "libertad" en una de las repúblicas más democráticas y avanzadas del mundo, en la república alemana, es la libertad de asesinar impunemente a los jefes del proletariado cuando están detenidos. Y no puede ocurrir de otra manera mientras subsista el capitalismo, porque el desarrollo de la democracia no atenúa sino agudiza la lucha de clase, que, por efecto de todos los resultados e influencias de la guerra y sus consecuencias, llega a su punto crucial.
En todo el mundo civil los bolcheviques son actualmente expulsados, perseguidos, encarcelados, así ocurre, por ejemplo, en Suiza, una de las repúblicas burguesas más libres; pogromos antibolcheviques son efectuados en América, etc. Desde la óptica de la "democracia en general" o de la "democracia pura" es hasta ridículo que los países avanzados, civiles, democráticos, armados hasta los dientes, teman la presencia en ellos de unas pocas decenas de hombres provenientes de la Rusia atrasada, famélica, devastada, que los periódicos burgueses, difundidos por decenas de millones de copias, llaman salvaje, criminal, etc.. Está claro que la situación social que ha podido generar una contradicción así de estridente es en realidad la dictadura de la burguesía.
12. – En este estado de cosas la dictadura del proletariado no sólo es legítima, como medio para abatir a los explotadores y aplastar la resistencia, sino absolutamente necesaria para toda la masa de trabajadores, como única defensa contra la dictadura de la burguesía, que ya ha llevado a la guerra y que prepara otras nuevas.
El punto esencial, que los socialistas no comprenden y que constituye su miopía teórica, su sometimiento a los prejuicios burgueses y su traición política al proletariado, es que en la sociedad capitalista, frente a la agudización más o menos fuerte de la lucha política de clase que es la base de tal sociedad, no puede darse ningún término medio entre la dictadura de la burguesía y la dictadura del proletariado. Todo sueño de una cualquier otra tercera vía es una pataleta reaccionaria pequeño burguesa. Lo confirma la experiencia del desarrollo de la democracia burguesa y del movimiento obrero en todos los países avanzados desde hace más de un siglo y, en particular, la experiencia del último lustro. Así lo afirma además toda la ciencia de la economía política, todo el contenido del marxismo, el cual pone bien claro cómo en toda economía de mercado es económicamente inevitable la dictadura de la burguesía, una dictadura que sólo puede ser suplantada por la clase de los proletarios, es decir por la clase que se desarrolla, se multiplica, se unifica y se consolida con el desarrollo del capitalismo.
13. – Otro error teórico y político de los socialistas consiste en la incomprensión del hecho de que las formas de la democracia han cambiado necesariamente a lo largo de milenios, desde los primeros gérmenes en la antigüedad y con el sucederse de una clase dominante por otra. En las antiguas repúblicas griegas, en las ciudades del medioevo y en los países capitalistas avanzados la democracia ha asumido formas diversas y diversos grados de aplicación. Sería la peor de las absurdidades creer que la revolución más profunda de la historia de la humanidad, el traspaso llevado a cabo por primera vez en el mundo del poder de una minoría de explotadores a la mayoría de los explotados, pueda realizarse dentro del viejo marco de la vieja democracia burguesa parlamentaria, que pueda realizarse sin las fracturas más radicales, sin la creación de nuevas formas de democracia, sin la creación de nuevas instituciones, que encarnen las nuevas condiciones de su aplicación, etc.
14. – La dictadura del proletariado se asemeja a la dictadura de otras clases sólo por ser impuesta, como cualquier otra dictadura, por la necesidad de aplastar con la violencia la resistencia de la clase que pierde su dominio político. La diferencia radical entre la dictadura del proletariado y la dictadura de las otras clases ,la dictadura de los grandes propietarios de tierras del medioevo, y la dictadura de la burguesía en todos los países capitalistas avanzados está en el hecho de que la dictadura de los grandes propietarios de tierras y de la burguesía aplasta con la violencia la resistencia de la inmensa mayoría de la población, es decir de los trabajadores, mientras que la dictadura del proletariado aplasta con la violencia la resistencia de los explotadores, es decir una exigua minoría de la población, los grandes terratenientes y los capitalistas.
De aquí se deriva, a su vez, que la dictadura del proletariado debe inevitablemente llevar consigo no sólo una mutación de las formas y las instituciones democráticas en general, sino una mutación tal que implique una extensión sin precedentes de la efectiva utilización de la democracia por parte de aquellos que son oprimidos por el capitalismo, por parte de las clases trabajadoras.
Y, en realidad, la forma de dictadura del proletariado, que ya ha sido probada en la práctica, es decir por el poder soviético en Rusia, el Rate-System en Alemania, los Shop Stewards Committees y otras instituciones soviéticas análogas en otros países, demuestra a todos y hace efectiva para las clases trabajadoras, o sea para la inmensa mayoría de la población, la posibilidad de ejercitar los derechos y las libertades democráticas, posibilidad que no ha existido nunca, ni siquiera de forma aproximada, en las mejores y más democráticas repúblicas burguesas.
La esencia del poder soviético está en el hecho de que todo el poder estatal, todo el aparato estatal, tiene como fundamento único y permanente la organización generalizada precisamente de esas clases que hasta ahora han sido oprimidas por el capitalismo, es decir de los obreros y los semiproletarios (campesinos que no se aprovechan del trabajo de otros y que también venden regularmente sólo una parte de su fuerza de trabajo). Precisamente estas masas, que incluso en las repúblicas burguesas más democráticas, aun teniendo iguales derechos ante la ley, son de hecho excluidas de mil maneras y con mil subterfugios de la vida política y del ejercicio de las libertades y derechos democráticos, están ahora asociadas de modo permanente y necesario, pero sobretodo de modo decisivo para la gestión democrática del Estado.
15. – La igualdad de los ciudadanos, independientemente del sexo, de la religión y de la nacionalidad, igualdad que la democracia burguesa ha prometido siempre y por todas partes, pero que nunca ha realizado ni ha podido realizar, permaneciendo el dominio del capital se realiza rápida e integralmente con el poder soviético, o dictadura del proletariado, ya que solamente el poder de los obreros, al no tener intereses en la propiedad privada de los medios de producción y en la lucha por su reparto o división, está en condiciones de hacerlo.
16. – La vieja democracia, es decir la democracia burguesa, y el parlamentarismo estaban organizados de tal modo, que precisamente la masa de trabajadores era más que otra cosa alejada del aparato administrativo. El poder soviético, es decir la dictadura del proletariado, está en cambio estructurado en modo que acerca las masas trabajadoras al aparato administrativo. A este fin tiende también la unificación del poder legislativo y el poder ejecutivo en la organización soviética del Estado, así como la sustitución de las circunscripciones electorales territoriales por las unidades electorales establecidas en los lugares de producción: fábrica, talleres, etc.
17. – El ejército era un instrumento de opresión no sólo con el régimen monárquico. Ha quedado como tal también en todas las repúblicas burguesas, hasta en las más democráticas. Sólo el poder soviético, como organización estatal permanente de las clases oprimidas por el capitalismo, tiene la posibilidad de suprimir la subordinación del ejército al mando burgués y de fundir realmente al proletariado con el ejército, de armar efectivamente al proletariado y desarmar a la burguesía, sin lo cual es imposible la victoria del socialismo.
18. – La organización soviética del Estado está adaptada para la función dirigente del proletariado, como clase que el capitalismo más ha concentrado e instruido. La experiencia de todas las revoluciones y de todos los movimientos de las clases oprimidas, la experiencia del movimiento socialista mundial nos enseña que solamente el proletariado está en condiciones de unir y guiar a los estratos dispersos y atrasados de la población trabajadora y explotada.
19. – Solamente la organización soviética del Estado puede realmente romper de golpe y destruir definitivamente el viejo aparato, es decir el aparato burocrático y judicial burgués, que ha quedado intacto, como no podía ser de otra manera, con el régimen capitalista, hasta en las repúblicas más democráticas, ya que constituía de hecho el mayor obstáculo para la realización de la democracia para los obreros y los trabajadores. La Comuna de París dio el primer paso en este sentido, un paso que tiene un significado histórico mundial; el poder soviético ha dado el segundo paso.
20. – La supresión del poder del Estado es el fin que todos los socialistas, y Marx el primero, se han marcado. Si no se alcanza este objetivo, no se puede realizar la verdadera democracia, es decir la igualdad y la libertad. Pero hacia esta meta en la práctica solamente puede conducir la democracia soviética, o proletaria, pues ella, haciendo partícipe de modo permanente y necesario a las organizaciones de masa de los trabajadores en la gestión del Estado, comienza a preparar inmediatamente la completa extinción de todo Estado.
21. – El total fracaso de los socialistas reunidos en Berna, su completa incomprensión de la nueva democracia proletaria resulta evidente de cuanto sigue: El 10 de febrero de 1919 Branting clausuró en Berna la conferencia de la Internacional amarilla. El 11 de febrero de 1919, en Berlín, Die Freiheit, periódico de los adherentes a esta organización, publicaba un llamamiento del partido de los "independientes" al proletariado. En el llamamiento se reconocía el carácter burgués del Gobierno Scheidemann, al cual se le reprochaba querer abolir los soviets, defenidos "Tràger und Schùtzer der Revolution" (portadores y guardianes de la revolución), y se proponía legalizar los soviets, concederles derechos estatales, el derecho de suspender las decisiones de la Asamblea nacional y recurrir al referendum popular.
Esta propuesta revela la completa quiebra ideológica de los teóricos que defienden la democracia sin entender su carácter burgués. El ridículo intento de unir el sistema de soviets, es decir la dictadura del proletariado, con la Asamblea nacional, es decir con la dictadura de la burguesía, desenmascara hasta el fondo la pobreza de pensamiento de los socialistas y socialdemócratas amarillos, su espíritu político reaccionario de pequeño-burgueses, sus pusilánimes concesiones a la fuerza de la nueva democracia proletaria que se desarrolla de modo incontenible.
22. – Respecto a condenar al bolchevismo, la mayoría de la Internacional amarilla de Berna, que, por temor a las masas obreras, no se había decidido a aprobar formalmente una resolución sobre este problema, ha actuado correctamente desde el punto de vista de clase. Precisamente esta mayoría es plenamente solidaria con los mencheviques y con los social-revolucionarios rusos, por no hablar de los Scheidemann en Alemania. Los mencheviques y los social-revolucionarios rusos, lamentándose de ser perseguidos por los bolcheviques, tratan de esconder el hecho de que tales persecuciones son a causa de la participación de los mencheviques y los social-revolucionarios en la guerra civil, al lado de la burguesía y contra el proletariado. Precisamente en la misma dirección se han movido en Alemania los Scheidemann y su partido participando en la guerra civil del lado de la burguesía contra los obreros.
Por tanto es absolutamente normal que la mayoría de los adherentes a la Internacional amarilla de Berna se haya pronunciado por la condena de los bolcheviques. Con esto ha tenido lugar no la defensa de la "democracia pura", sino la autodefensa de quienes saben y sienten que en la guerra civil se ponen de parte de la burguesía contra el proletariado.
He aquí por qué, desde un punto de vista de clase, no se puede no considerar correcta la decisión de la mayoría de la Internacional amarilla. El proletariado debe mirar a la verdad a la cara, sin temerla, y debe extraer todas las conclusiones políticas que se impongan.
sábado, 20 de abril de 2013
La emancipación de la mujer de la mano del socialismo
“Si tú tienes alguna afición, intenta no aburrirle
hablándole de ésta, ya que, los intereses de las mujeres, son triviales
comparados con los de los hombres.” Frases como ésta – extracto de La
Sección Femenina de la Falange Española con la finalidad de preparar a
la mujer para el matrimonio – permanecen aún muy presentes en nuestra
sociedad, pues desde siempre se nos ha educado para interiorizar este
tipo de valores patriarcales, inherentes y producidos conscientemente
por el sistema en el que vivimos.
Un análisis dialéctico del desarrollo de las sociedades nos
demuestra que, desde las primeras formas de organización humanas en
tribus, el papel del hombre y de la mujer se ciñen a las cuestiones de
supervivencia. Gracias al descubrimiento y desarrollo de la agricultura,
estas sociedades nómadas se asentaron en poblados y comenzaron a
generar excedentes, de los cuales se apropiaron, junto a los medios para
producirlos, una serie de individuos, estableciéndose así la propiedad
privada.
Estas bases provocaron el desarrollo del esclavismo
-posesión absoluta de unas personas por otras- y de nuevas diferencias
entre ambos sexos. Debido a la función biológica de la mujer, el hombre
adquiere supremacía en la familia y se adueña así de su sexualidad y su
producto -los hijos-, ayudándose para ello de mitos y religión. Esto ha
tenido gran influencia en la división natural del trabajo entre sexos y
provocó que la mujer acabara por aceptar sumisa el patriarcado impuesto.
Durante la época feudal el papel de la mujer no mejoró,
pues desde instituciones religiosas o desde el propio Estado se marcaban
sus pautas conductuales, estableciendo de nuevo su papel y perpetuando
esta discriminación. Durante el desarrollo del capitalismo tampoco se
han eliminado estas diferencias entre sexos, viendo aún hoy sus efectos.
A pesar de que el papel de la mujer ha ido evolucionando a
lo largo de la historia de esta manera, debemos tener presente que esta
transformación no ha tenido el mismo efecto en todo el mundo. Somos
absolutamente conscientes de que en la actualidad aún no se ha alcanzado
el auge de la lucha por la emancipación de la mujer, ni siquiera en los
llamados países democráticos y libres. Hemos de tener muy presente que
ésta no se logrará mientras no se destruya el sistema actual, ya que el
capitalismo alimenta un modelo de mujer sumisa, sin capacidad de
sublevación alguna, que facilita y permite su explotación a todos los
niveles – social, cultural y económico -.
Perfecta ejemplificación ocurre en nuestro país, en el que
las brechas salariales entre ambos sexos superan el 22%, y sobre los
puestos directivos en las empresas europeas sólo el 10% está ocupado por
mujeres, y además, la composición media femenina en los gobiernos de la
zona euro es del 26%, que demuestra que no sólo es una cuestión
salarial, sino de represión política, cultural y social, causada por el
sistema, que evita su máximo desarrollo en estos diferentes aspectos, al
ser vista como la única ejecutora de las tareas del hogar u otros,
fruto del pensamiento machista.
Debemos comprender que la lucha por la emancipación de la
mujer no tiene sentido alguno si se hace de forma aislada, sino
únicamente entroncada en la lucha de la clase trabajadora, en su
conjunto, frente a la burguesía. Es imprescindible, por tanto, la
destrucción del sistema capitalista, y con él, del patriarcado, así como
la construcción del socialismo, basado en la abolición de la
explotación del hombre por el hombre y, como consecuencia, en la
emancipación no sólo de la mujer, sino de la clase trabajadora en su
conjunto, a la que ésta pertenece.
A lo largo de la historia hemos podido observar cómo el
socialismo ha sido el único sistema que, a través de los países en los
que se ha perpetuado, ha logrado el avance en la lucha por la
emancipación de la mujer, si bien aún queda mucho por caminar. Ejemplo
de esto es la Unión Soviética o la República Democrática Alemana, y más
concretamente la República Democrática de Afganistán – máxime teniendo
en cuenta que, en el período previo a la URSS, Afganistán era un país
islámico -, el cual liberó a la mujer de la opresión de género que les
impuso el patriarcado, mantenido y fomentado por el capitalismo.
De entre todos los logros, por tener una especial relevancia en la historia, podemos destacar los siguientes.
-
Se permitió, por primera vez, la ausencia de la mujer de su lugar de trabajo por razón de maternidad o aborto.
-
Las nuevas leyes despojaron a los hombres de los derechos de propiedad sobre mujeres e hijos, igualaron los salarios entre ambos géneros y garantizaron el divorcio.
-
La prostitución, el matrimonio infantil y la compraventa de mujeres se abolieron.
-
Se liberó a la mujer de las tareas domésticas, para lo que se crearon guarderías infantiles y cocinas comunales en barrios y en grandes fábricas.
Entendemos, por tanto, que la opresión de la mujer es consecuencia directa del sistema social de explotación, que va ligado a la aparición de la propiedad privada y de las clases sociales, por lo que la única salida posible para conseguir la total emancipación de la mujer, así como de la clase trabajadora de la que ésta forma parte, es la transición al Comunismo – sociedad sin clases -, el llamado Socialismo, alcanzado tras la Revolución Socialista.
Desde EL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL en Madrid
queremos hacer extensiva la conciencia al conjunto de los trabajadores
sobre la importancia de la lucha por la emancipación de la mujer, que no
tiene otro lugar más que inmersa en la lucha de la clase obrera,
haciéndoles comprender que ha de ir inexorablemente unida a la tarea
histórica de nuestra clase, el Socialismo y el Comunismo.
Por esto, hacemos un llamamiento a todas las mujeres a
combatir el patriarcado – en cualquiera de sus muchas manifestaciones –
del que somos víctimas, luchando unidas y organizadas por la única
alternativa que nos otorgará la libertad, el Socialismo.
¡POR EL FIN DEL PATRIARCADO, Y POR ENDE, DEL CAPITALISMO!
¡POR EL SOCIALISMO POSEEDOR DE LA LIBERTAD DE GÉNERO!
¡MUJER, ORGANÍZATE Y LUCHA!
“Y en otro reino estuve, de color amaranto en que todos y todas eran reyes y reinas de color amaranto.”
Pablo Neruda.
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