jueves, 29 de agosto de 2013

SÓLO EL SOCIALISMO PUEDE ACABAR CON LAS GUERRAS DE RAPIÑA ¡NO A LA GUERRA IMPERIALISTA!



La existencia de la Unión Soviética no sólo frenó múltiples agresiones imperialistas sino que proporcionó ingente ayuda a los pueblos del mundo para que combatiesen al imperialismo.

Tras el derrumbe de la URSS, se ha podido comprobar todavía de manera más descarnada, más criminal, la esencia del imperialismo y de sus bandidos dirigentes políticos, que no es otra que la vista en los últimos 22 años con las dos guerras de Iraq y Afganistán, Yugoslavia, Sudán, Somalia, Mali o en estos momentos Siria, por no hablar de los apoyos para desestabilizar naciones, imponer gobiernos títeres de canallas que favorecen los intereses de los monopolios y el expolio imperialista, o de violentar todo tipo de derecho humano cometiendo toda clase de tortura con la aquiescencia de estados como el español, creando campos de concentración o haciendo terrorismo de estado, asesinando a millones de mujeres, ancianos y niños.

Hoy la potencia más asesina de la Historia, los EEUU, y sus sanguinarios aliados europeos, así como sus medios de comunicación de masas, están en plena campaña de justificación para intervenir directamente y masacrar, todavía más, al pueblo sirio ante el fracaso de las acciones militares perpetradas por los mal llamados ‘rebeldes’, pues no son más que mercenarios a sueldo de los imperialistas que persiguen derrocar al gobierno de Al-Assad.

Con todo el cinismo del mundo, los títeres políticos de los estados capitalistas, sicarios de los monopolios, justifican la necesidad de la guerra para ‘que penetre la democracia’ en dichas naciones, que según ellos están dominadas por ‘ogros autoritarios’, con objeto de acabar con dichos ‘regímenes terroristas y totalitarios’, cuando en realidad los únicos terroristas y asesinos son las potencias imperialistas, encabezadas por los EEUU. En el caso de Siria la justificación de EEUU y sus aliados es, ahora, el empleo de armas biológicas por parte del Estado sirio. Hecho éste cuanto menos controvertido, y dudoso, pues son cada vez más las voces que señalan que el ataque biológico ha sido realizado por los mercenarios que tienen los EEUU y la Unión Europea en Siria, máxime cuando estos mercenarios han sido adiestrados en el manejo de las armas químicas por los EEUU, al igual que han sido armados por éstos con este tipo de armamento. De hecho, tanto la Dirección General de Seguridad de Turquía como una Comisión Independiente de la ONU aseguraron en mayo de este mismo año que los ‘rebeldes’ poseían armas químicas, en concreto gas sarín.

Pero para comprender lo que está aconteciendo en el mundo debemos analizar la situación acudiendo a los fenómenos económicos, primero, y políticos después que llevan a esta situación. Es un error mayúsculo fijarse en Siria y no comprobar que lo que acaece en dicho país está intrínsecamente relacionado y enlazado con lo que viene pasando en dicha zona en las últimas décadas, siendo consecuencia de la pugna imperialista por el control del petróleo, el gas y demás recursos naturales de esa parte del planeta, así como por su control geopolítico para distribuir dichos recursos.

Oriente Medio concentra prácticamente la mitad de las reservas de petróleo del mundo, concretamente el 48,1%, y el 38,1% de las reservas de gas natural. Entre Oriente Medio y la antigua URSS se reparten el 74% de las reservas de gas natural y entre América Latina y Oriente Medio se reparten el 68% de las reservas de petróleo. Así mismo, según el Servicio Geológico de los EEUU (USGS) el petróleo “no descubierto” - el que todavía no ha sido demostrado por las barrenas pero del que presume su existencia gracias a varios marcadores geológicos – asciende a unos 900.000 millones de barriles estando sus yacimientos dispersos en las regiones de Siberia, Oeste de África, este de Sudamérica y el Mar Caspio.

Por el contrario, tanto Europa como EEUU consumen el 44% del gas producido y el 43% del petróleo; a pesar que poseen el 14% de las reservas mundiales de petróleo y el 4% de las de gas.

A todo esto hay que añadir que el desarrollo económico de las potencias imperialistas emergentes, fundamentalmente de la zona asiática, de hecho China ya es el mayor consumidor de energía y según cálculos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) considera que en 2035 empleará un 70% más de energía que los EEUU. A lo que hay que unir que, la misma AIE estima que el crecimiento en el consumo de energía para Brasil, Oriente Medio, India e Indonesia será mucho más rápido que para China.

Un informe del Ministerio de Defensa del estado español, de junio de 2008, titulado “La crisis energética y su repercusión en la economía. Seguridad y Defensa Nacional” señalaba que “las energías fósiles representaban el 82% del consumo mundial de energía primaria, el 77% en los países de la Unión Europea y el 85% en España. Por otro lado, las energías fósiles son, en su mayor parte, importadas, tanto en la Unión Europea como en España, y la dependencia española del petróleo es mucho más elevada que el promedio mundial o de la Unión Europea. Esta dependencia de las energías fósiles no varía sustancialmente en el escenario previsto para el año 2030: entre el 76% y el 81% en el mundo, y entre el 69% y el 77% en la Unión Europea”. Señalando respecto al petróleo lo siguiente: “el petróleo es insustituible en gran parte de sus aplicaciones, lo que hace especialmente grave una interrupción de su suministro. El petróleo es insustituible en el transporte, al que aporta el 94% del consumo energético y el 99% en el transporte por carretera. (…) La estructura del consumo mundial de energía primaria en el transporte es la siguiente: petróleo 94,2%; gas 3,2%; y biocarburantes, carbón y electricidad el 2,6% restante. En el transporte por carretera el petróleo aporta el 99% y los biocarburantes el 1%. También en la petroquímica, el petróleo es insustituible.

Con todo ello, se comprueba la existencia de una pugna entre potencias imperialistas – EEUU y la UE (claramente dependientes energéticamente) por un lado, y los ‘países emergentes’ por el otro - por el acceso a las fuentes de energía, fundamentalmente a las reservas de petróleo y gas mundiales que son esenciales para los monopolios y que, como hemos comprobado, se hallan en Oriente Medio.

Por todo ello, era natural que en 2005 el esbirro del imperialismo norteamericano, José María Aznar utilizado como vocero por Bush, presentase un informe realizado por el GEES (Grupo de Estudios Estratégicos) - una organización privada compuesta por políticos del PP, empresarios y militares – titulado “La OTAN: Una alianza por la libertad” en el que señalase el rol que debía adoptar la OTAN tras la cumbre de Riga de tal modo que debía convertirse en instrumento para combatir el terrorismo islamista y salvaguardar la democracia burguesa, o lo que es lo mismo, trazaba ya la táctica para justificar todo tipo de agresión a los países que a los imperialistas les vengan en gana bajo las banderas de la ‘democracia’ y la ‘libertad’ impuestas a sangre y fuego. Dicho documento señala “La Alianza salió victoriosa de la Guerra Fría con la implosión de la URSS; la OTAN debe luchar y derrotar a quienes no ocultan que su objetivo es la destrucción de nuestras sociedades libres y abiertas (…)El presidente norteamericano George W. Bush tiene razón cuando dice que “the survival of liberty in our land increasingly depends on the success of liberty in other lands. The best hope for peace in our world is the expansion of freedom in all the world”. (“La supervivencia de la libertad en nuestra patria cada vez depende más del avance de las libertades en otros países. La mejor esperanza para la paz en nuestro mundo es la expansión de la libertad en todo el mundo.”) Coincidimos con él porque pensamos que para vencer al terrorismo no basta con perseguir y acabar con los terroristas, sino que también hay que poner fin a los ambientes que sirven para que los grupos terroristas se nutran de nuevos adeptos. Y esos entornos no son otros que la opresión política, la intolerancia religiosa, la asfixia económica, la enseñanza sistemática del odio hacia lo occidental y moderno, la corrupción administrativa y, en general, la sensación de que en el futuro no aguarda nada bueno (…)Para poder enarbolar de manera efectiva la bandera de la libertad ya hemos dicho más arriba lo que debería hacer la OTAN. Todas propuestas factibles. Por un lado, defender la libertad empezando por nuestro propio territorio. La OTAN debe pasar a convertirse en el mejor vigilante de nuestra homeland security. En segundo lugar, la OTAN debe actuar para eliminar las amenazas allí donde se generen y con la anticipación que sea necesaria. No actuar o actuar tarde en la era del terrorismo de masas equivale a condenar a muerte a muchos compatriotas. Y por último, pero no menos importante, la OTAN debe expresar claramente su naturaleza liberal y democrática. De dos maneras: por un lado, abriendo sus puertas a aquellos países que comparten nuestros valores esenciales y que están activamente comprometidos con la defensa de los mismos. Hemos defendido la necesidad de que se invite a Israel, Japón y Australia a formar parte de la OTAN, pero también podría hacerse extensiva la invitación a naciones como Colombia, al menos como miembro de la Alianza por la Libertad. La OTAN es, a pesar de quien persigue ocultarlo, una fuerza moral de alcance universal. (…) Y precisamente por su fuerza moral, que excede con mucho la militar, la Alianza también debe impulsar la apertura política en el mundo árabe y musulmán, modificando sustancialmente su Diálogo Mediterráneo, tanto en sus formas como en sus objetivos”.

Así mismo, Aznar como boca de los EEUU y el gobierno de Bush, introduce el objetivo denominado Democracy Building que lo expresa de la siguiente manera “Nosotros estamos convencidos de que estas misiones sólo pueden triunfar políticamente si, en lugar de tener como objetivo la reconstrucción del estado en entredicho, la OTAN se pone como meta no sólo dicha reconstrucción, el nation building, sino la democracy building. Esto es, se cualifica el tipo y la naturaleza del régimen político que se aspira a instaurar. (…)La expansión de la democracia es la vía política, complementaria a la militar, para luchar contra el extremismo. Mientras que el recuso a la fuerza debe ir destinado a perseguir a los terroristas y desbaratar sus planes, es imprescindible un esfuerzo político para transformar los regímenes dictatoriales en sistemas en libertad (…)Nosotros creemos que la Alianza debería crear, siguiendo en cierta medida el ejemplo de la Asociación para la Paz (PfP), una Asociación para la Libertad, esencialmente orientada a atraer a los países del Norte de África y del Oriente Medio e impulsar colectivamente las medidas adecuadas para su liberalización económica, el respeto a la libertad de culto, y la apertura y democratización de su sistema político. ”. Evidentemente cuando estos imperialistas se refieren a democracia y a libertad se están refiriendo a impunidad y seguridad para que los monopolios expolien los recursos naturales y exploten a los trabajadores de dichas zonas.

Como se puede comprobar, ya en 2005 Bush, Aznar y demás esbirros del imperialismo norteamericano y europeo estaban pergeñando la táctica – lo que posteriormente ha venido a llamarse primaveras árabes - para desestabilizar el norte de África y Oriente Medio de tal modo que puedan poner gobiernos ‘títeres’ con los que las multinacionales europeas y norteamericanas se apropien de las fuentes de energía – yacimientos de Petróleo y Gas, así como uranio, plutonio, diamantes, etcétera.

En consecuencia, el derramamiento de sangre que se está produciendo desde 2011 en Túnez, Siria, Egipto, Libia o Mali, por no hablar de toda la sangre derramada en Iraq, Afganistán, Líbano o Palestina, no es algo casual sino plenamente preparado y planificado por los imperialistas europeos y norteamericanos en su necesidad de apropiarse de los recursos del Magreb, el Sahel y Oriente Medio.

En este sentido Egipto y Siria son esenciales en la fase actual. Egipto para controlar África, el canal de Suez y el agua del Nilo, así como su riqueza natural, principalmente petróleo y gas. Egipto es ahora mismo una parte del tablero donde se libra una lucha entre el imperialismo norteamericano - que pretendía remozar su dominio liquidando al gobierno de Mubarak, títere a su servicio durante décadas, y colocar un gobierno afín de los Hermanos Musulmanes, financiados por EEUU – y el ruso, que se esfuerza por ganar influencia dentro del ejército egipcio así como del gobierno emanado tras el golpe de estado.

En Siria, el imperialismo norteamericano y europeo – así como sus satélites Arabia Saudita, Turquía, Israel y Jordania – no han dudado en formar a mercenarios para ocupar militarmente a Siria y derrocar al gobierno de Al-Assad, gobierno contrario a los intereses de EEUU y la UE. El gobierno de Siria tiene estrechos lazos políticos y económicos con China, Irán y Rusia. Así mismo Siria es enemiga histórica del estado de Israel y un apoyo esencial para la resistencia árabe que combate el sionismo, fundamentalmente Hezbola. Pero sobretodo, para los EEUU y la UE es esencial poner un gobierno títere en Siria para asfixiar y culminar los preparativos bélicos para arremeter contra Irán. Irán no sólo es el país que más reservas de gas natural tiene, sino el cuarto con más reservas de petróleo. Pero además, controla el estrecho de Ormuz, por donde transita la mayor parte de las exportaciones de Oriente Medio.

Los imperialistas modelan la base y la superestructura con objeto de hacer perdurar en el tiempo el dominio de los monopolios y, con ellos el proceso de concentración; esa modelación se desarrolla vía crisis y vía guerras donde sojuzgan a los Pueblos del Mundo. A nivel interno de los países lo estamos pudiendo ver en la ofensiva desatada por la burguesía contra los trabajadores, estableciendo marcos sociales y laborales que liquidan todo tipo de derecho de estos, les bajan los salarios, llevando al proletariado al paro forzoso y a la indigencia. A nivel mundial, exportan capitales para parasitar y explotar a lo largo y ancho del planeta conquistando los mercados y robando los recursos naturales a sangre y fuego, mediante el asesinato y la guerra. Eso es lo que están haciendo los gobiernos de los EEUU y de la UE, hacer la guerra imperialista para robar el petróleo y el gas de Oriente Medio como fórmula para acentuar su dictadura y para superar la enorme crisis en el que se hallan dichos bloques imperialistas. Este sistema está quebrado, y llevan en su tuétano la crisis y la guerra y, como señala nuestro Programa “Las soluciones que se aplicaren a cualquiera de las crisis modernas del capitalismo se convertirán en la causa de la siguiente. En realidad, hace tiempo que el capitalismo entró en quiebra general de las que las crisis económicas contemporáneas son manifestaciones en picos de una gran cresta.”. Los imperialistas norteamericanos y europeos no sólo van a continuar asesinando a millones de seres humanos inocentes sino que van a acrecentar la crisis todavía más, llevando al mundo al borde de una nueva Guerra Mundial.

Y ante este escenario, los enemigos del proletariado cierran filas ante los intereses de los monopolios. Así Izquierda Unida, a través de Willy Meyer, manifiesta sobre la guerra imperialista en Siria que “esta posible intervención sin autorización del Consejo de Seguridad volvería a crear a nivel internacional una situación de emergencia como la que produjeron la guerra de Yugoslavia, Iraq o Afganistán. El uso de la fuerza al margen de la Carta de la ONU sólo conlleva más violencia e inestabilidad”, o lo que es lo mismo, que ven bien la guerra imperialista en Siria si el grupo de potencias imperialistas que se sientan en el Consejo de Seguridad de la ONU así lo aprueba, posicionándose al favor del imperialismo, del derramamiento de sangre trabajadora y de la guerra imperialista y en contra de la paz y del proletariado. Los socios de Izquierda Unida, el PSOE va a más y se manifiesta abiertamente favorable a una intervención militar en Siria, algo por otro lado natural teniendo en cuenta que tanto el PSOE, como el PP, defienden abiertamente el imperialismo y son títeres de los monopolios, al igual que Izquierda Unida. Por otro lado, la internacional sindical del imperialismo – CSI – donde están incardinadas las centrales sindicales CCOO, UGT, USO o ELA, en lugar de rechazar abiertamente la guerra imperialista y de rechazar la injerencia imperialista y la negación de la soberanía de Siria, pasan de costado no se posicionan en contra de la guerra imperialista, apelando a la ONU para buscar una solución al conflicto arremetiendo contra Al-Assad y su gobierno.

El Comité Ejecutivo del Partido Comunista Obrero Español rechaza de plano la guerra imperialista en Siria. Los trabajadores del mundo, los que ponemos el trabajo y los muertos en las guerras que hacen los burgueses para enriquecerse, no tenemos otra salida que avanzar firme y decididamente hacia el socialismo. La única salida que tenemos la mayoría trabajadora del mundo, los parías y los pobres de la tierra, ya seamos egipcios, sirios, libios o españoles es tomar conciencia de que el imperialismo sólo nos conduce a la miseria, a la guerra y a la muerte, pues la crisis y la guerra son inherentes al capitalismo en la fase actual de putrefacción en la que se halla. Por todo ello, hacemos un llamamiento al proletariado del estado español a oponerse a la guerra imperialista, movilizándose contra ella y, fundamentalmente, a organizarse como clase para acabar con el actual sistema que nos conduce al abismo y a organizarse para acabar con el capitalismo y construir el socialismo. Y ello sólo es posible organizándose la clase trabajadora desarrollando en los barrios y en los pueblos el Frente Único del Pueblo como instrumento de lucha política que una a todos los sectores del proletariado contra las leyes que nos oprimen, que dote a la clase trabajadora de la capacidad política para dirigir sus designios y para ser dueña de la producción y como se distribuye ésta y, también, para oponerse a la guerra imperialista y cumplir con el sagrado principio del internacionalismo proletario oponiéndonos al derramamiento de sangre de nuestros hermanos de clase sirios y de otros puntos del planeta, organizándonos y dando pasos consecuentes por el socialismo.

¡NO A LA GUERRA IMPERIALISTA!

¡POR EL FRENTE ÚNICO DEL PUEBLO!

¡SOCIALISMO O BARBARIE!

COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E)

miércoles, 28 de agosto de 2013

Mitin Frente Unico del Pueblo

MIÉRCOLES 4 DE SEPTIEMBRE DE 2013

20:00 HORAS

C/EVA CERVANTES (zona peatonal) . DISTRITO CERRO-AMATE.

domingo, 18 de agosto de 2013

Acerca del maoísmo

El conjunto teórico formulado por Mao Zedong y las enseñanzas que se desprenden de su praxis revolucionaria en China, conforman la teoría conocida con el nombre de maoísmo. Ésta cobró fuerza en el Movimiento Comunista Internacional tras la muerte de Stalin, a raíz de su papel como una de las principales voces discordantes ante el revisionismo soviético representado por Nikita Jrushchov a partir del XX Congreso del PCUS, donde se denunciaron los supuestos crímenes de Stalin y se proclamó la ruptura con la línea mantenida por dicho dirigente.

En nuestros días, el maoísmo continúa siendo la base  ideológica sobre la que se fundamentan numerosas organizaciones; muchas de ellas se declaran como tales, mientras que otras no se reconocen maoístas de manera oficial pero siguen fielmente las enseñanzas de Mao, siendo maoístas de facto.

Si bien es cierto que en 1956, cuando tuvo lugar la celebración del XX Congreso del PCUS, Mao se posicionó en contra del revisionismo soviético encabezado por Jruschov, no significa esto, en ningún caso, que el maoísmo no sea una teoría igualmente revisionista contraria a los principios del leninismo.

Por todo ello, se plantea la necesidad de analizar la teoría maoísta y refutarla de manera científica desde el marxismo-leninismo, tal es la pretensión del presente documento.

Cuando Mao Zedong planteó lo que él mismo denominaría como el Gran Santo Adelante, afirmaba que la edificación del socialismo y la disolución definitiva del Estado podrían darse en un plazo breve de tiempo, incluso en cuestión de poco más de una década.  Analizando las condiciones de China en ese momento histórico, con unas fuerzas productivas con un grado de desarrollo propio del feudalismo y con una industria prácticamente inexistente, las afirmaciones de Mao no denotan sino una total incomprensión de la ciencia marxista-leninista.

Podemos observar en el hecho expuesto un ejercicio de idealismo filosófico por parte de Mao, al considerar que las condiciones materiales necesarias para la llegada del comunismo se darán a partir del desarrollo de la conciencia del pueblo y de la voluntad de la vanguardia, renegando así, de facto, del materialismo dialéctico.

Ésta es tan solo una de las muchas actuaciones que evidencian tal desviación. Otro ejemplo lo hallamos en la política de "3 banderas", definida por Mao, que suponía el establecimiento de comunas agrícolas, lo que debía constituir la forma de organización fundamental de los campesinos. Años atrás, Stalin había analizado ya la cuestión, indicando cómo debía llevarse a cabo este proceso: la comuna surgiría cuando en las granjas del artel abundasen todos los productos, cuando la mecanización fuese efectiva. Es decir, la comuna surgiría sobre la base de una técnica desarrollada, sobre la base de la  abundancia de productos. Stalin no hacía más que poner en práctica las tesis leninistas y, mediante la dialéctica materialista, concluir que la comuna es la forma superior de la organización cooperativa en el campo, y surge como consecuencia real y objetiva del desarrollo de las fuerzas productivas y de la técnica.

Pero Mao, haciendo gala una vez más de su idealismo filosófico, ignoró las condiciones objetivas y el grado de desarrollo de las fuerzas productivas y de la técnica; estableciendo la comuna como forma de organización en el campo. Este hecho no hace sino evidenciar que Mao no se atiene a las condiciones objetivas tratando de desarrollarlas, sino que concibe la realidad como el reflejo de la conciencia. Creía que podía someter la marcha de la historia a los deseos de la vanguardia, cayendo así en un subjetivismo absoluto, ajeno a cualquier análisis que se pretenda materialista y dialéctico.

Mao queda desenmascarado una vez más en su crítica a Lenin. Éste segundo afirmó que cuanto más atrasado está un país, más difícil es que pase del capitalismo al socialismo. Lenin, al afirmar esto, se fundamenta en los criterios objetivos para considerar la revolución y la edificación socialista. Pero Mao, por su parte, y en contraposición a esta tesis, afirma que desde la perspectiva actual, esta tesis no es correcta. En realidad, cuanto mayor sea el atraso económico de un país, tanto más fácil es su transición del  capitalismo al socialismo. Cuanto más pobre es un hombre más desea la revolución.
Observamos una vez más como Mao cae en el idealismo filosófico, obviando los criterios objetivos y científicos, y priorizando la conciencia del hombre ante estos.
En definitiva, Mao considera que antes de modificar la realidad material, es necesario que el pueblo cambie su concepción del mundo, asumiendo las ideas maoístas. Este enfoque es absolutamente idealista, y niega la propia esencia del materialismo dialéctico, que concibe la conciencia de una sociedad como consecuencia de su realidad material. Para Mao, en cambio, la conciencia es anterior al ser social.
Por otra parte, se plantea la necesidad de analizar la peculiar caracterización que realiza Mao de las  relaciones entre las clases enfrentadas en el capitalismo. En referencia a las contradicciones entre el proletariado y la burguesía nacional, Mao sentencia:
«si estas contradicciones antagónicas se tratan debidamente, pueden transformase en no antagónicas, pueden resolverse por vía pacífica. Si esas contradicciones no se tratan como es debido, si no seguimos con la burguesía nacional la política de unidad, de crítica y de educación, o si la burguesía nacional no acepta esta política nuestra, entonces las contradicciones entre la clase obrera y la burguesía nacional pueden convertirse en contradicciones entre nosotros y nuestros enemigos.»
Este análisis supone la caracterización de las contradicciones entre el proletariado y la burguesía nacional como no antagónicas, identificando a ésta última clase como un potencial aliado en la construcción del socialismo. Mao considera viable la colaboración entre clases absolutamente antagónicas -tal y como las identificaran Marx, Engels y Lenin-. Esto supone, por tanto, aceptar el interés privado y explotador de la burguesía nacional como no constitutivo de peligro para la edificación socialista. Se acepta la existencia de esta burguesía, y se considera que su práctica opresiva puede ser reeducada de forma pacífica, y reconducida hacia el establecimiento de una alianza para la construcción del socialismo. Mao deja patente su incomprensión de la dialéctica materialista, no entiende la inviabilidad de una reconciliación entre clases obviamente enemigas, fruto de su carácter puramente antagónico. En lugar de ello, obvia la inexorable  necesidad de reprimir a la burguesía como potencial enemigo de la clase obrera y de las capas explotadas de la sociedad, y de expropiarle sus medios de producción. Esta tesis defendida por Mao es contraria al avance socialista y manifiesta de nuevo su idealismo filosófico, al considerar que la burguesía puede  convertirse en una clase aliada del proletariado y del campesinado en la construcción del socialismo; siendo ello posible -siempre según Mao- modificando la conciencia de la clase burguesa, obviando así los intereses objetivos de dicha clase que tienen su base en la realidad material, en la estructura, concretamente en las relaciones sociales de producción.
Otro punto fundamental en la teoría maoísta y que, por tanto, cabe analizar en este documento, es la identificación del campesinado como sujeto revolucionario. Con la llegada del capitalismo, el modelo de producción feudal es empujado a su superación por el desarrollo dialéctico de las fuerzas productivas intrínsecas a él, las relaciones de producción y la intensificación de la lucha entre las clases sociales existentes. Era característico de anteriores modelos de producción el trabajo individual de cada ser humano, mientras que el avance de la sociedad burguesa implica la aparición de un trabajo social instigado por los grandes propietarios de tierras que, vendiendo éstas, utilizan lo obtenido para la adquisición de grandes máquinas y la contratación de individuos que se ven obligados a vender su fuerza de trabajo. El nuevo modelo productivo capitalista viene determinado por un ser humano que vende su fuerza de trabajo para recibir a cambio una ínfima parte de la riqueza producida con ella, pues la parte sustancial y mayoritaria -la plusvalía- se acumula en las manos del burgués, que actúa como parásito. Nacían de este modo las fábricas industriales, donde se desarrolla el trabajo social. Nacía, por tanto, como producto de este nuevo modo de producción, la clase obrera.
El proletariado es engendrado por el capitalismo, y su posición en éste, como desposeído de los medios de producción y vendido a su fuerza de trabajo, es netamente antagónica a los intereses de la clase burguesa, que representa la opresión contra los obreros y cuyos intereses objetivos se encaminan a dicho fin. De esta forma, el papel de sujeto revolucionario en el sistema capitalista pertenece a la clase obrera -al ser producto directo del mismo, y una clase netamente antagónica a la burguesía-, una vez dadas las condiciones objetivas para la instauración de las nuevas relaciones de producción.
La dialéctica del sistema capitalista impone que sea la clase obrera, cuyo desarrollo choca frontalmente una y otra vez con la burguesía, la sepulturera del mismo. De este modo, las tesis de Mao que otorgan al  campesinado el rol de sujeto revolucionario quedan absolutamente desacreditadas desde la ciencia dialéctica materialista, desde el marxismo-leninismo. El campesinado no es una clase netamente antagónica a la burguesía, pues está integrada tanto por terratenientes como por campesinos semiproletarios, y por ende tiene una naturaleza pequeñoburguesa.
Las capas campesinas no están capacitadas para llevar hasta el final la revolución y liderar la construcción del socialismo; aunque esto no implica que no sean potenciales aliados del proletariado -especialmente el campesinado pobre y los campesinos semiproletarios- en dicha tarea. No cabe duda alguna de que otorgar el rol de sujeto revolucionario a una clase que no es netamente revolucionaria constituye un error y una desviación del leninismo. Marx, Engels y Lenin recalcaban la importancia de que fuera el proletariado, la clase más avanzada cuantas hayan existido en la historia, la que liderara la tarea histórica de superar el capitalismo y construir la sociedad socialista.
A menudo se argumenta que Mao supo adaptarse a las condiciones de China, atrasada y con un  campesinado muy mayoritario, y que su defensa del campesinado como sujeto revolucionario responde a las necesidades de dicho país en un momento histórico concreto. Pero incluso en las condiciones que se daban en China en la primera mitad del siglo XX, con una clase obrera aún muy minoritaria, debía ser esa minoría de la población la que asumiera el papel de vanguardia en la revolución socialista, impulsando a su vez la industrialización y el desarrollo de las fuerzas productivas, a fin de consolidar una mayor base de proletarios, en clara alianza con el campesinado pobre. Por tanto, la máxima maoísta de que "el campo asedie la ciudad" reniega del marxismo-leninismo, haciendo gala de la incomprensión de la dialéctica del sistema.
Lenin, en 1901, decía al respecto de esta cuestión: "Los partidarios de Tierra y Libertad partían de la idea errónea de que la principal fuerza revolucionaria en el país era, no la clase obrera, sino los campesinos; que el camino hacia el socialismo iba a través de la comunidad campesina".
En definitiva, entendiendo el carácter pequeñoburgués de los campesinos -aún asumiendo que también forman parte de éste elementos semiproletarios-, y siendo esta clase el sujeto revolucionario teorizado por Mao, se evidencia que el maoísmo constituye en sí mismo una desviación pequeñoburguesa.
Por otra parte, otro rasgo característico del maoísmo, es la defensa de la república popular democrática, a la que Mao denominaba como Nueva Democracia. Esta propuesta etapista constituye una ruptura con la teoría leninista, al concebir la democracia popular como una fase intermedia necesaria para la construcción del socialismo, a la que Mao llegó a considerar una nueva etapa histórica superior al capitalismo y anterior al socialismo. Esta fase tiene un carácter interclasista, propugnando la alianza entre la burguesía nacional y las capas explotadas de la sociedad, tal y como se ha expuesto anteriormente en este mismo documento.
La defensa de la república popular se basa en la incomprensión de varios principios fundamentales de la dialéctica, especialmente en el desconocimiento del carácter dialéctico de las relaciones de producción; pues éstas o determinan la propiedad de los medios de producción por parte de la burguesía, o por parte del proletariado, que es quien lleva a cabo la producción material.
Lenin afirmaba al respecto que la revolución socialista debe conducir a la dictadura revolucionaria del proletariado en alianza con el campesinado pobre. Afirmaba, también, que en un país en su fase imperialista, es decir, donde se ha desarrollado ya el capitalismo monopolista de Estado, no tiene cabida ninguna fase intermedia entre el capitalismo y el socialismo. La república popular, en la que se establece una alianza interclasista, no hace sino retardar el proceso de emancipación de los explotados, manteniendo durante ésta el poder en manos de la burguesía. Aplicando el método dialéctico al desarrollo histórico, como ya hicieran Marx y Engels, solo es posible determinar que el avance de las fuerzas productivas llevará inexorablemente a una revolución en que éstas pasarán a ser propiedad social, y el proletariado destruirá la antigua maquinaria burguesa, expropiándoles los medios de producción e instaurando un Estado obrero bajo la forma de la dictadura del proletariado. Así pues, la contradicción entre las relaciones de producción y las fuerzas  productivas halla su resolución en el socialismo, y no en etapas intermedias teorizadas desde el idealismo filosófico y desde la incomprensión de la dialéctica.
La estrategia que traza Mao y que defienden los maoístas para lograr la democracia popular, es la Guerra Popular Prolongada, consistente en la toma de las armas por un pequeño número -en comparación con las masas explotadas- de elementos avanzados. Esta teoría se fundamenta en la suposición de que las masas obreras y campesinas, hartas de la explotación burguesa, adoptarán paulatinamente una posición favorable a este método y terminarán por tomar las armas formando un Ejército Popular. En definitiva, consiste en plantear la lucha armada desde el momento mismo en que la vanguardia toma conciencia, momento en el que la conexión con las masas es aún tenue y, por tanto, las acciones armadas no superarán los límites del terrorismo individual, ya criticado por Lenin. Además, la defensa de una estrategia de desgaste, que consiste en ir mermando al enemigo mediante la acción armada de la vanguardia, supone la negación, en cierta  medida, del papel histórico del sujeto revolucionario, es decir, la clase obrera.  Esta negación se materializa al considerar que el solo ejercicio de la vanguardia permitirá realizar la revolución, prescindiendo así de las masas explotadas. Aunque esto en nada puede sorprendernos, puesto que Mao tampoco es capaz de identificar de manera científica al sujeto revolucionario, como ya se ha expuesto anteriormente.
La praxis leninista se aleja diametralmente de esta concepción, pues el momento de tomar las armas lo  marca la conciencia subjetiva de las clases   explotadas, y no la voluntad de unos cuantos elementos avanzados. La tarea del Partido debe consistir en la concienciación de las masas trabajadoras, explicándoles la dialéctica del sistema y haciendo comprender a éstas que la única salida posible es la construcción del socialismo, lo cual no se logrará mediante acciones armadas en un momento en el que las masas poseen un grado nulo de conciencia de clase revolucionaria.
El maoísmo se manifiesta como una teoría esencialmente idealista y antimarxista en su análisis sobre las contradicciones a nivel internacional. Los continuadores de Mao plantean la Teoría del Mundo Multipolar, es decir, dividen el mundo en polos imperialistas; por una parte, un gran bloque hegemónico encabezado por EEUU, Japón y la UE; por otra parte y en oposición al primero, el bloque formado por los países emergentes, sufridores de la opresión capitalista. Sin embargo, tal división no responde ni mucho menos al análisis  dialéctico, sino a una burda desviación burguesa.
Mao, por su parte, sienta las bases de la teoría de los Tres Mundos, que defiende la división del mundo en tres categorías: la primera, a la que llama 'primer mundo', se hallaría integrada por EEUU junto a su bloque de países 'ricos'; por otra parte, encontraríamos el bloque soviético liderado por la URSS; y por último, el 'tercer mundo', en el cual se incluyen todos los países no alineados.
Teniendo en cuenta esta cuestión, es preciso analizar en profundidad la contradicción que se da en el plano internacional, para comprender la lucha constante entre los bloques imperialistas y determinar si ésta es o no la contradicción fundamental a nivel mundial. Es necesario, por ende, analizar la estructura del capitalismo.
En el sistema capitalista mundial, caracterizado por la propiedad privada sobre los medios de producción en manos de la burguesía, encontramos que su desarrollo es directamente proporcional al nivel de explotación de la clase obrera, pues cuanto más se desarrolla la industria y el capital, a más obreros aglutina entre sus filas. Hemos de comprender, por tanto, que la contradicción fundamental, de las que se desprenden las  demás contradicciones del sistema, es la apropiación privada del producto del trabajo social, realizado por la clase obrera, en manos de la burguesía.
Las luchas imperialistas que tienen lugar entre distintas potencias imperialistas, es decir, en el seno de la burguesía internacional -véase la lucha entre el bloque formado por EEUU, UE y Japón frente al grupo emergente BRIC-, supone ni más ni menos que un enfrentamiento por los nuevos mercados a dominar, en donde implantar la dictadura del capital. No constituyen, por tanto, una contradicción esencial del sistema, sino que son un producto de la competencia desenfrenada entre los monopolios imperialistas.
En ambas teorías -Teoría del Mundo Multipolar y Teoría de los Tres Mundos- observamos un rasgo común: se obvia la contradicción fundamental del capitalismo, para sustituirla por meras contradicciones circunstanciales de distintos bloques imperialistas -en el caso del mundo multipolar-, o por una alineación política entorno a determinados bloques. La incomprensión de la dialéctica y la concepción idealista de Mao, le llevan, en el primero de los casos, a considerar que el mundo se divide en voluntades políticas y no en función de las relaciones de producción de un determinado modo productivo; mientras que en el segundo de los casos plantea la división del mundo en dos bloques de potencias explotadoras y explotadas. Esto  constituye un análisis del todo idealista y antidialéctico, que tan solo trata de encubrir el eminente imperialismo chino, obviando así que la causa central de la que se desprenden todas las demás contradicciones no es otra que la contradicción entre el carácter social de la producción y la propiedad burguesa de los medios de producción.
Otro de los graves errores del revisionismo maoísta es la negación de uno de los principios fundamentales de la dialéctica, a parte de su incomprensión. Mao afirma:
«los cambios en la sociedad se deben principalmente al desarrollo de las contradicciones entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción en el seno de la sociedad, es decir, las contradicciones entre las clases, las contradicciones entre lo nuevo y lo viejo.»
Por tanto, el maoísmo no otorga a las fuerzas productivas un papel determinante, sino que éste es otorgado a las relaciones de producción, que según afirma Mao, pueden ser perfeccionadas a voluntad del hombre. En contra de esta creencia, el materialismo histórico muestra que el papel determinante del progreso de la producción y de los cambios en ésta, se originan a partir de los cambios en las fuerzas productivas. Una vez más, se manifiestan las concepciones idealistas y antidialécticas de Mao.
 
 
La concepción que Mao mantiene del Partido Comunista es otro de los principios erróneos y antimarxistas sobre los que se fundamenta el maoísmo. Esta visión distorsionada del Partido, lejos de ser un desarrollo del marxismo- leninismo como han afirmado históricamente sus seguidores, en nada se asemeja al Partido de Nuevo Tipo descrito por Lenin.
Mao mantenía una posición crítica respecto al camarada Stalin, y defendía  que el reflejo de la lucha de clases, de las contradicciones entre la burguesía y el proletariado -que él creía no-antagónicas y conciliables-, se extendía hasta el seno del Partido, originándose en él dos líneas  enfrentadas que representaban ambos intereses sociales de clase. A raíz de ello, la lucha entre ambas posiciones fue entendida por Mao como la condición subjetiva necesaria para iniciar la llamada Revolución Cultural, cuyo objetivo era expulsar a la línea burguesa que previamente era tolerada. Como observamos, Mao considera que es inevitable la existencia del revisionismo en el seno del Partido, y considera que la  burguesía nacional puede ser reeducada en el marxismo- leninismo.
De este modo, no hace sino obviar la necesidad imperiosa de establecer una vigilancia intensiva en el Partido, depurando y erradicando cualquier vestigio de ideología burguesa -y por tanto enemiga de los intereses del proletariado- en el seno del Partido. Mao dibuja con su concepción del Partido Comunista una suerte de compendio entre ideologías y clases en el seno del Partido, y no una Vanguardia del proletariado, unidad férrea y disciplinada de los elementos más avanzados de la clase obrera, sin fracciones de ninguna índole, armada con la ciencia marxista-leninista.
En conclusión, Mao profesa una concepción idealista del mundo y no comprende en absoluto la dialéctica, cayendo a menudo en la metafísica. Se aleja diametralmente de la ciencia marxista, y en oposición a las tesis de Marx, Engels y Lenin, elabora todas sus teorías que, más allá de no desarrollar en absoluto el marxismo-leninismo, constituyen una forma de burdo revisionismo.
Por tanto, el maoísmo no es más que la negación del leninismo, pues su base fundamental es el idealismo antidialéctico. Por todo ello, y siendo el maoísmo ajeno al marxismo, debemos combatirlo como  planteamiento revisionista que es y ha sido siempre.
Comisión Ideológica del Partido Comunista Obrero Español


 

sábado, 17 de agosto de 2013

Prostitución, mafias y capitalismo



Tras las distintas redadas realizadas en clubes de alterne de la ciudad de Sevilla,  la prensa burguesa nos habla del descubrimiento de redes organizadas de tráfico de mujeres y de explotadores sexuales de mujeres, como si la prostitución per se fuese contraria a la explotación sexual. 

Y es que todo comunista, no puede sino oponerse a la mercantilización del sexo, a la explotación sexual y a esta nauseabunda forma de esclavitud. Y es que, es ante todo un problema en la superestructura ideológica de la sociedad. Figuras del marxismo tales como Clara Zetkin ya señalaron en su día la oposición del maestro Lenin a la perversa práctica de la prostitución:

"Acerca de esto, he oído contar cosas muy curiosas a algunos camaradas rusos y alemanes. Voy a decirle a usted una. Me han contado, por ejemplo, que una comunista muy inteligente de Hamburgo edita un periódico para las prostitutas, y quiere organizar a éstas en la lucha revolucionaria. Rosa sentía y obraba humanamente como comunista cuando, en un artículo, salió en defensa de unas prostitutas a quienes no sé qué trasgresión cometida contra las ordenanzas de Policía por las que se rige el ejercicio de su triste profesión, había llevado a la cárcel. Estos seres son víctimas de la sociedad burguesa, dignas de lástima por dos conceptos. Son víctimas de su maldito régimen de propiedad y son además víctimas de su maldita hipocresía moral. Esto es evidente, y sólo un hombre zafio y miope puede no verlo(…)
Hay que tender a incorporar a las prostitutas al trabajo productivo, a la economía social. Pero esto es difícil y complicado de conseguir en el estado actual de nuestra economía y bajo todo el conjunto de circunstancias actuales. Ahí tiene usted un fragmento del problema de la mujer que se presenta ante nosotros después de la conquista del Poder por el proletariado y que reclama una solución práctica(…)
 

Y es que no se puede analizar la prostitución sin recurrir al punto de vista de clase. La prostitución aparece junto con la división social del trabajo, junto con las clases sociales. En la antigua sociedad comunista primitiva no existía la prostitución, al no haberse producido la división social del trabajo y al no existir propiedad privada sobre los medios de producción. Es por tanto, un problema de clase desde su misma aparición.

En la sociedad capitalista, y conforme se agudiza la crisis del capitalismo en nuestro país, cada vez mayor número de mujeres proletarias se ven obligadas a recurrir a la prostitución para poder simplemente comer. Esto es consecuencia de las relaciones de producción que se dan dentro del capitalismo, unos son los dueños de los medios de producción y otros deben vender su fuerza de trabajo al carecer de ellos. Ello conlleva el enriquecimiento cada vez mayor de unos pocos y la depauperación extrema de cada vez mayor número de personas de las capas laboriosas y populares. 

Por tanto, si la prostitución es deleznable desde lo ideológico al depreciar al sujeto y someterlo a vejaciones humillantes no es menos cierto que sin acabar con la división social del trabajo y sin acabar con las relaciones de producción existentes no podremos eliminar de una vez y para siempre la explotación mercantil del sexo.

Como explicamos, no es un problema de delincuentes, o de mafias, sino que es un problema mismo de la organización social y política de la sociedad, es decir, es un problema derivado de la existencia del capitalismo. Urge pues poner fin al capitalismo, culpable de estas y muchas otras desgracias que azotan a la clase obrera.

Asimismo llamamos a los trabajadores de la ciudad a mostrar el más absoluto rechazo a quienes  se lucran con el negocio de la prostitución y a quienes utilizan este tipo de servicios, que envilecen al cliente y condenan aún más a la esclavitud a las mujeres(u hombres) sometidos a tan vejantes prácticas. Asimismo reclamamos a nuestra clase que ofrezca la máxima solidaridad y apoyo a las víctimas de la mercantilización de las relaciones sexuales.

¡POR LA ELIMINACIÓN DE LA PROSTITUCIÓN!

COMITÉ PROVINCIAL DE SEVILLA DEL PCOE

miércoles, 14 de agosto de 2013

Ambulancias en Sevilla





La propia prensa burguesa es incapaz de ocultar las penosas condiciones de vida diaria de la clase obrera. En este caso es la sanidad pública, y más concretamente el servicio de Ambulancias, el que sufre los dantescos efectos del capitalismo para nuestra existencia. 

Leemos lo siguiente: 

El Sindicato de Enfermería (Satse) de Sevilla ha alertado sobre el "importante déficit" de ambulancias medicalizadas en la capital tras reducirse de seis a cinco por los "recortes aplicados por el Servicio Andaluz de Salud (SAS)" y ha advertido de que "la situación se agrava aún más por el mal estado de las ambulancias que actualmente están funcionando". 

Sin embargo, ahí no acaba la cosa: 

En un comunicado, Satse ha explicado que "las averías de las ambulancias son cada vez más constantes", lo que está generando que los profesionales tengan que trabajar en ambulancias sin aire acondicionado, lo que supone soportar temperaturas superiores a los 45 grados, "poniendo en riesgo la salud de los usuarios que tienen que ser atendidos en dichas condiciones, sin poder garantizarles una calidad asistencial adecuada". Además, Satse ha recordado que una óptima temperatura en las ambulancias medicalizadas "es fundamental" para cumplir con las recomendaciones de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios sobre la temperatura ideal a la que se deben almacenar los medicamentos en los vehículos sanitarios de urgencias, "recomendación que se está siendo claramente vulnerada". El sindicato a ha subrayado que "no puede permitir que vehículos que cuentan con averías tan significantes y que tienen que estar en funcionamiento las 24 horas del día no sean sustituidos de manera inmediata por la Consejería de Salud".  

El culmen del bochorno llega en el siguiente párrafo:

Asimismo, ha criticado que se están generando "situaciones de importante gravedad", como que desde el pasado 4 de agosto una ambulancia averiada fue sustituida por una furgoneta de reparto del Distrito Sanitario Sevilla, "vehículo que es empleado para llevar material a los centros de salud, y que no está adaptado para la asistencia sanitaria urgente"

Nada nuevo bajo el sol. Mientras, los grupos de salud privados, controlados por la oligarquía financiera, así como las aseguradoras y las demás entidades asociadas a la sanidad de tipo mercantilista aumentan sin par sus beneficios, la sanidad para la clase obrera aumenta al mismo ritmo sus tendencias negativas.

Hay más que decir. Los capitalistas y sus voceros nos venden la sanidad mercantil, es decir un servicio basado en el ánimo de lucro, como la solución a todos los males del sistema sanitario capitalista actual, el cual aún siendo público no debemos olvidar su carácter capitalista. 

Los apologetas del capitalismo en la sanidad obvian siempre que esta sanidad privada es financiada muchas veces con esos fondos públicos que se desvían de la sanidad pública. Para muestra un botón, sacado de la misma prensa burguesa: 

Desde luego, que el grupo es líder en el sector de la sanidad privada española resulta una evidencia a tenor de los números. Pero que Capio se nutre básicamente de dinero público es también otra evidencia. En 2011, último ejercicio cuyas cuentas están disponibles, el balance consolidado del grupo arrojó una facturación de 562,625 millones. De ese montante, 427,222 millones quedaron anotados como procedentes de “entidades públicas gestoras de asistencia sanitaria”. En resumen, el 75,9% de los ingresos del gigante empresarial fueron aportados por aquellas administraciones públicas que han encargado a Capio la gestión sanitaria con el ahorro o la eficiencia como argumento.

Para el grupo Capio, el gran trozo de la tarta sanitaria sufragada con fondos gubernamentales se localiza en Madrid, donde las empresas del grupo gestionan cuatro hospitales financiados con dinero público: la Fundación Jiménez Díaz (fundación público-privada que mantiene un concierto en el Servicio Madrileño de Salud), el hospital Infanta Elena de Valdemoro, el Rey Juan Carlos de Móstoles y el nuevo de Collado Villalba, aún cerrado, estos tres de titularidad pública y gestionados en régimen de concesión por hasta 30 años. Oficialmente, el grupo de Javier de Jaime y Víctor Madera aún no ha decidido si pujará en los concursos para la privatización de otros seis hospitales madrileños si el Gobierno de Ignacio González sigue adelante con un plan que ya ha abierto un foso entre el PP de Madrid y los profesionales de la sanidad pública.

Para 2013, los Presupuestos de la Comunidad de Madrid destinan a esos cuatro centros 318,025 millones. En esa cifra se integran los 12,7 millones que costará el mantenimiento del todavía cerrado hospital de Collado Villalba, que, con suerte, dará servicio a los ciudadanos a partir del último tramo del ejercicio
.”

Así funciona el capitalismo. Nos roban la plusvalía, el producto de nuestra fuerza de trabajo y además nos roban los fondos públicos para capitalizar sus sociedades privadas. Es lógico que así el sistema de sanidad pública en el capitalismo vaya de mal en peor, pues es interés del capitalismo el darle la estocada definitiva. Hay mucho dinero en juego del que la oligarquía financiera quiere apropiarse. Para ello se sirven de sus lacayos en los Parlamentos e instituciones, tanto el PP como el bipartito PSOE-IU en Andalucía. 

Es hora de pedir responsabilidades a los culpables, los capitalistas y los lacayos políticos a su servicio, así como plantearse que dentro del capitalismo los problemas de la clase obrera no tienen solución. Sólo comprendiendo la necesidad de la lucha por la sociedad comunista podremos empezar a cambiar la correlación de fuerzas, y hacer de la sanidad no un negocio, sino un derecho de la clase obrera. 

¡SI SE PUEDE, PONIENDO FIN AL CAPITALISMO!


COMITÉ PROVICNIAL DEL PCOE DE SEVILLA

domingo, 11 de agosto de 2013

Supermercados Más, con tu sudor aumentan sus ganancias

El tándem patrones-políticos a su servicio, siempre en contra de los intereses de los trabajadores


La cadena de supermercados andaluza Más, ofrece a sus trabajadores condiciones laborales inauditas en pleno siglo XXI. Inauditas para todo aquel que no entienda el mundo en que nos encontramos: el sistema capitalista. 

Vivimos en una sociedad de clases, unos son dueños de los medios de producción(fábricas, tierras, o las superficies comerciales en este caso) y otros tienen que vender su fuerza de trabajo para poder vivir(obreros, jornaleros, o los empleados de Más en este caso).Es decir, en la sociedad existen clases y capas sociales que tienen intereses antagónicos. A los dueños de la cadena Más lo que les interesa es ganar cada vez más dinero y vender más barato para eliminar a la competencia. Al trabajador lo que le interesa es ganar más dinero para poder comer él y su familia, poder pagar la casa y otros gastos derivados de una vida digna. 

Como decimos, ambos intereses lógicamente están enfrentados. Los capitalistas dueños de Más quieren vender más barato para eliminar a la competencia. Para ello, necesitan sacar mayor rendimiento económico del trabajo de los obreros(plusvalía). Es decir, es una necesidad del funcionamiento del capitalismo el que estos capitalistas paguen salarios cada vez más bajos. 

Esto es una ley científica de desarrollo del capitalismo. Es decir, no es por la maldad del empresario individual, ni del empleado de recursos humanos(que también puede haberla, y en gran medida) sino que el propio capitalismo para desarrollarse necesita obtener la mayor plusvalía posible de la fuerza de trabajo de los trabajadores.

Es decir, la burguesía roba la riqueza que producen los obreros y mediante esta apropiación del producto de la fuerza de trabajo de los empleados adquieren otras empresas empresas, compran nuevos locales, etc.

Evidentemente, los obreros a los que se les ha robado el producto de su fuerza de trabajo, a pesar de financiar estas aventuras del capital , no son remunerados conforme a su trabajo, sino siempre por debajo del valor de su fuerza de trabajo. Porque de lo contrario, el patrón no obtendría ganancias. Es así como acumula capital, es así como obtiene la riqueza, riqueza que es creada por los trabajadores y no por los empresarios como cacarean los voceros del sistema, que loan la implantación cada vez mayor de empresas como Más, que según ellos beneficia al país; sin embargo en una sociedad de clases a quién realmente beneficia es a la clase dominante, a la burguesía.

Así es el capitalismo, y por tanto, los obreros debemos darnos cuenta de que ni las empresas como Más son nuestras, pues son de los capitalistas, ni nosotros competimos con otras empresas: pues los que compiten son los burgueses entre sí y tanto nuestros hermanos obreros de nuestro centro de trabajo como los de la competencia sólo servimos para acrecentar sus ganancias. Lo que nos une es la pertenencia a una clase social, con todos los trabajadores del país, y no la pertenencia a una empresa privada. Con los patrones no nos une nada, ellos son nuestros enemigos de clase puesto que nuestros intereses, como explicamos son antagónicos. 

Miren como Más exporta capitales al exterior, como adquiere otras empresas, como la burguesía y sus palmeros celebran estas adquisiciones, como si fuera un éxito de la sociedad, por encima de las clases y como a pesar de ellos las condiciones de los trabajadores de Más son infames. ¿Hay mayor confirmación práctica de la vigencia de la sociedad de clases y de la lucha de clases? 

El modo que tiene la burguesía de aumentar sus beneficios es aumentar la jornada laboral, reducir los salarios, las condiciones laborales, implantar el terror en la empresa, el miedo al despido,etc. Es decir, harán trabajar más a los obreros para obtener mayores ganancias, “productividad” que lo llaman ellos. No es porque el directivo sea especialmente malvado (que también), o el jefe un déspota, o el de recursos humanos despreciable, es que el capitalismo para funcionar tiene que hacer precisamente eso. Así funciona el sistema, y cuanto antes lo comprendamos antes le podremos poner solución.

Mientras la clase obrera no sea dueña de los medios de producción, la burguesía podrá hacer con ellos lo que le plazca, a pesar de que son los obreros los que producen esas mercancías y esa plusvalía con la que los burgueses obtienen sus ganancias.

Pero toda esta situación no es sostenible, y ahí viene una de las contradicciones principales del capitalismo. En el capitalismo llega un momento en el que tenemos más mercancías de las que la sociedad puede consumir, o comprar. Por ejemplo producimos más alimentos que nunca, pero la sociedad no puede adquirirlos, se quedan en las estanterías de supermercados como Más. Y van directamente al cubo de la basura, existiendo gente que pasa auténtica hambre en Sevilla, dándose la paradoja de que en diversos puntos del Estado las personas hambrientas son multadas por rebuscar en contenedores de la basura dicha comida sobrante.

Al mismo tiempo, al sobrar cada vez más mercancías y no haber demanda, cierran empresas. Esto hace que cada vez haya mayores cantidades de obreros sobrantes, que pierden su empleo. Lo cual lleva a que grandes masas de la sociedad no tengan fuente de ingresos, o que los vean mermados, lo que produce a su vez que no puedan acceder a las mercancías producidas. Esto, que hemos explicado en lenguaje sencillo es la crisis de sobreproducción del capitalismo, o la crisis como vulgarmente se la conoce. Siempre han existido, y existirán mientras haya capitalismo. 

Por tanto la crisis en que nos encontramos es una crisis sistémica del capitalismo en España, una crisis con diferentes crestas que surge en los años noventa por el derrumbe de los modelos productivos japoneses y estadounidenses; para lo cual la burguesía ideó el adelanto del crédito, de un dinero que no existía y que no había sido producido, con el fin de remontar la situación. Vimos como los créditos se concedían a cualquiera que los pidiese, y como la burguesía animaba y adoctrinaba en el consumo masivo e irreflexivo. No vivimos por encima de nuestras posibilidades, ellos nos hicieron vivir así pues sino el capitalismo hubiera quebrado mucho antes. 

Como resultado de la venida de la crisis actual, las entidades más afectadas fueron aquellas que concedían los créditos a cascoporro, es decir, los bancos. Estos quebraron y la burguesía debió rescatarlos con dinero público, es decir, con el dinero de los obreros rescataron a las empresas privadas por excelencia, los bancos. Por tanto la siguiente “salida” a la crisis capitalista que intenta la burguesía ya no puede ser el adelanto del crédito, del dinero fantasma, sino que debe buscar sus propias alternativas para remontar la crisis. 

A esto se añada que, por el desarrollo desigual del capitalismo, empiezan a aparecer países emergentes( nuevos imperios), los llamados países BRIC(Brasil, Rusia, India, China). Como decimos, la teoría leninista del desarrollo desigual nos enseña que los países capitalistas avanzan a saltos, y que quien antes estaba arriba puede caer y quién estaba abajo puede desarrollarse y ocupar el lugar de aquel que cayó. Por tanto, mientras la Unión Europea y el capitalismo occidental se desmorona, estos BRIC empiezan a ocupar su lugar como lo demuestra que China sea uno de los mayores compradores de deuda al Estado Español así como el hecho de su progresiva y masiva implantación en Sudamérica y África, anteriormente cotos privados del capital europeo. 

Por tanto para el capital europeo, y por tanto para el español que es en el que vamos a centrarnos, se plantea un dilema: ¿Cómo remontar la crisis?. La burguesía históricamente tiene una respuesta a esta pregunta: buscando una mercancía cuyo valor produzca el excedente  necesario al capitalista. Esta mercancía la denominamos capital variable y es la fuerza de trabajo. La clave de todo esto es la plusvalía, el valor no remunerado que el obrero crea al capitalista. 

Esto, que en lenguaje marxista puede parecer un galimatías a primera vista, es más sencillo de lo que parece. Significa que el empresario necesita robar más a los trabajadores, porque de este robo(plusvalía) obtiene las ganancias que le permiten recomponer su tasa de ganancia, y con la recomposición de la tasa de ganancia el burgués español puede volver a la arena internacional con renovadas fuerzas para combatir a otros capitalistas extranjeros y nacionales. Es decir, el robo al obrero en mayor escala, y en esta crisis se está viendo una escala inaudita, es la estrategia del burgués(empresario-emprendedor) para no perecer ante las acometidas de otros capitalistas. 

De ahí que sean necesarias para el capitalismo español medidas como la reforma laboral, la reducción de los salarios, el aumento de la jornada de trabajo, la privatización de la economía pública, las ayudas a las empresas por parte del estado de los capitalistas, el aumento de la inflación, etc. Son medidas destinadas a intentar sacar de la UVI a ese capitalismo español en fase decadente, moribundo. Y son los obreros, obreros como los trabajadores de Más  los que están pagando las consecuencias no de la avaricia de los banqueros y la maldad de los políticos, ni de la escasa formación de los empresarios o que estos sean “niños de papá” que acceden a la dirección de la empresa por su origen de clase, sino de un modo de producción(el capitalismo) que necesita estas medidas para mantener su propia existencia. Es decir, el problema principal para los trabajadores de Más es que este modo de producción capitalista ya no tiene nada que aportar a la sociedad como no sea miseria, paro, corrupción, violencia, desahucios, etc.  

Por tanto, como ya hemos señalado al culpable, como hemos descubierto las causas de que los trabajadores de Más tengan las condiciones de trabajo que tienen, debemos señalar la solución.  Hemos de decir que la mera lucha sindical no es la solución, si no va acompañada de la lucha por la conquista del poder político, para destruir ese poder que hoy se encuentra de manera absoluta en manos de la burguesía, en manos de los capitalistas, de los dueños de Más y de cientos como ellos y sustituirlo por el nuevo poder, mucho más democrático, que es el poder obrero, el poder en manos de los trabajadores. 

 La burguesía se ha dotado del arma con la que dominar a la clase obrera y que es el Estado, sus leyes, su judicatura, sus elementos represivos(policía, ejército) etc. Por tanto esta maquinaria siempre va a estar al servicio de los capitalistas. Es de ilusos pensar que el Estado está por encima de las clases o que sirve de árbitro en los conflictos derivados de los intereses antagónicos de los obreros y los patrones. Por tanto, la lucha también debe ser política: teniendo claro que sin la destrucción de ese estado, sin la destrucción del poder político de la burguesía, no hay lucha de clases ninguna ni es posible ningún tipo de victoria.  

El PCOE llama a organizarse en las ACDT(Asambleas de Comités, Delegados y Trabajadores) como los órganos de poder obrero emanados de las fábricas y de los centros de trabajo, como la herramienta que una todas las luchas de la clase obrera y que en simbiosis con los órganos de decisión de los barrios obreros(Asociaciones de Vecinos), con las asambleas de estudiantes, de jornaleros, etc. conforme el Frente Único del Pueblo(FUP). Es decir, crear el germen del estado obrero donde los trabajadores tendrán el poder, que emanará de los centros de trabajo y de los barrios. Es el poder popular que mediante la dualidad de poderes confronte con el actual estado burgués(parlamento, ayuntamientos) hasta que mediante la Revolución Socialista se ponga fin a la existencia del Estado burgués, sus instituciones, sus leyes, su policía, su ejército. Es decir: la eliminación de  la  caduca sociedad burguesa y su sustitución por otra más libre, democrática, pues es la sociedad de los trabajadores, de la mayoría. La sociedad socialista. 

El capitalismo lo único que ofrece al trabajador de Más son peores salarios, peores condiciones con la incertidumbre de que si no “traga” engrose el ejército de seis millones de parados. Es decir, no le ofrece ningún futuro. Ni al más ingenuo de debe escapársele el hecho de que todos los recortes, los “derechos” que pierden los obreros nunca se van a recuperar si no es mediante la superación del capitalismo. Porque este capitalismo, debido a sus leyes de desarrollo, necesita de esas agresiones a la clase obrera, de ese robo, que no hará sino acrecentarse con el tiempo. Nos mienten los reformistas que nos prometen cambios graduales dentro del capitalismo. Lo único que buscan es su poltrona, su cargo político, por mucho ropaje radical con el que se disfracen. Todo aquel que no le diga a los obreros, sin tapujos, que el objetivo es el socialismo y romper con el poder burgués estará engañando a los obreros y contribuyendo a alejar la conciencia de clase de los trabajadores.  

 En resumen, la lucha no es meramente sindical sino una lucha por el poder político que pertenecerá a la clase obrera y a los sectores populares y no a un puñado de oligarcas, banqueros y empresarios que son los que actualmente ostentan todo el poder político en nuestra sociedad, por tanto todos los males de la clase obrera vienen dados por este sistema criminal llamado capitalismo en el que una clase social es dueña de todos los medios de producción. Esta situación es así haya o no crisis, haya o no “bonanza” económica entre comillas, porque la explotación capitalista existirá siempre que exista el capitalismo en cualquiera de sus formas. 

 Urge a la clase obrera organizarse para un fin muy sencillo: la toma del poder político, la cual no se producirá mediante el depósito de una papeleta en una urna electoral sino mediante la revolución. Una revolución que ponga el poder en manos del pueblo, en manos de los que verdaderamente producen la riqueza y que son los que hacen que esta sociedad funcione. 

 El fin es el poder obrero y el socialismo, el único sistema económico que tiene como misión satisfacer las necesidades del pueblo. En el capitalismo, y más tal y como se desarrolla negativamente, estas opciones son quimeras. Por ello llamamos a los obreros a empezar a organizarse y luchar conjuntamente con el PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL, como herramienta que ayudará a vencer al capitalismo. No queremos poltronas, ni cargos, simplemente queremos acabar con el capitalismo y construir una sociedad mejor. En las manos de la clase obrera está el transformar esta realidad.
 

            ¡SI, SE PUEDE, EN EL SOCIALISMO-COMUNISMO!

 

 

miércoles, 7 de agosto de 2013

Próximo mítin del FUP

PRÓXIMO MITIN DEL FRENTE ÚNICO DEL PUEBLO


El próximo día 4 de Septiembre a las 8 de la tarde, en la zona peatonal c/Eva Cervantes del distrito Cerro-Amate, se celebrará el mitin presentación del FRENTE ÚNICO DEL PUEBLO y se procederá a la elección de la Comisión del Barrio.


CONTRA LA DICTADURA DEL CAPITAL

 PODER POPULAR

martes, 6 de agosto de 2013

Incendios, bomberos y capitalismo



Semanas de incendios en nuestra ciudad, donde varios fuegos de diversa magnitud han afectado a diversos puntos tanto de la propia capital como del área metropolitana.

 

En primer lugar hay que expresar la gratitud de la clase obrera a los miembros del cuerpo de bomberos de la ciudad y provincia de Sevilla. No solamente por el trabajo desarrollado en bien de la comunidad, sino por aguantar estoicamente las condiciones vejantes, humillantes y de miseria que les ofrecen los diversos grupos de gobierno capitalistas de la ciudad.

 

Y es que es bien sabido que los bomberos de Sevilla son uno de los sectores de la clase obrera más abandonados por las sucesivas siglas que han desfilado por el ayuntamiento: desde el Partido Andalucista hasta el faccioso Partido Popular, pasando por el inefable gobierno de coalición PSOE-IU. Todos y cada uno de estos gobiernos han llevado a cabo las políticas que el capitalismo les dictaba, no es de extrañar por ello que los bomberos sean uno de los colectivos con mayor conflictividad laboral y abusos de nuestra ciudad.

 

Miremos a la propia prensa burguesa, y leamos sobre lo que los burgueses mismos nos cuentan sobre este problema:

La escasez de personal en los Bomberos de Sevilla, repartidos en los cuatro parques, es un hecho. Lo reconoció el pasado 30 de julio el propio delegado municipal Demetrio Cabello, que dirige las áreas de Seguridad y Movilidad. "Es difícil mantener los servicios mínimos; no obstante, hasta la fecha se ha podido garantizar una dotación completa por parque, es decir, un vehículo de salida que supone un mando, cuatro bomberos y un bombero conductor, estando los cuatro parques operativos", respondió el edil

Es decir, los propios gestores de las instituciones burguesas reconocen que hacen falta trabajadores y que no pueden cumplir siquiera los servicios mínimos que requiere la ciudad.

 

Sigamos, sobre estos mismos servicios mínimos:

 

El Sindicato Profesional de Bomberos denuncia también que en agosto la plantilla estuvo 12 días por debajo de los 61-62 efectivos mínimos de guardia recomendados para atender a toda la ciudad. La cifra diaria osciló entre los 34 y los 52 entre los días 11 y 24 de agosto, excepto en las jornadas del 15 y el 20.”

Ellos mismos reconocen la falta de medios, la falta de material, y que los trabajadores tienen que echar horas en zonas que no son de su competencia ante la escasez:

Según el concejal de Seguridad, en la actualidad hay una dotación disponible de un vehículo de salida y uno de altura (escala) por cvada parque. En suma, entre todos los parques, "en las condiciones actuales disponemos de un mínimo de cuatro vehículos de salida y uno o dos vehículos de altura o apoyo, suponiendo un total de seis vehículos de intervención, además de una ambulancia y dos vehículos ligeros de Jefatura que son conducidos por los responsables de guardia en caso de necesidad".

Responde también que es "habitual" la colaboración con los Bomberos de la Diputación Provincial, por la que el cuerpo de la capital suele actuar en la barriada de Montequinto y en los polígonos industriales próximos a la capital, como en los últimos incendios en los polígonos La Red y El Pino
.”

Pero lleguemos ya al súmmum de la desvergüenza, donde el político al servicio de los capitalistas se quita la careta:

El responsable político del gobierno de Juan Ignacio Zoido apunta como causas el "actual conflicto laboral y la solicitud masiva del programa de productividad". En una palabra, las tensiones con la plantilla, representada por el sindicato profesional, y la negativa de los agentes a echar horas extras hasta que se garantice que las van a cobrar.”

Eureka!, resulta que todo este conflicto viene dado porque los trabadores quieren cobrar para poder comer ellos y sus familias, vestirse, y pagar la hipoteca. Además los trabajadores cometen el “pecado” de querer tener los compañeros suficientes para cubrir las necesidades de protección contra incendios de la ciudad, aunque sea de manera mínima. ¡Pecadores!,¡como osan pedir semejantes imposibles!(nótese la ironía).

 

Toda esta situación nos demuestra varias cosas. En primer lugar que en el capitalismo las necesidades del pueblo no son una prioridad, sino que lo son las necesidades de los burgueses. Mientras se recapitaliza(es decir, se regala el dinero) a las empresas capitalistas por excelencia(los bancos), se quita el dinero destinado a satisfacer las necesidades del pueblo.


Por otro lado comprobamos uno de los dogmas del capitalismo, que pocos trabajadores realicen el trabajo para el que se requieren muchos de ellos. Así, la empresa en este caso municipal ahorra dinero, que se reparten jerifaltes, amiguetes y estómagos agradecidos del régimen, ya sea con el PP, como con el PA, o con el PSOE-IU o lo sería con los reaccionarios de UPD.

 

Por tanto no es sólo un conflicto laboral, ni un problema local. Es un problema del mismo sistema. Un sistema orientado a satisfacer las necesidades de un puñado de capitalistas, un sistema que sufre de crisis cíclicas debidas a su propio funcionamiento y que pagan los trabajadores, un sistema en el que el poder pertenece a los capitalistas y lo gestionan sus lacayos en las instituciones.

 

Urge pues poner fin a este sistema, el capitalismo, y conseguir no solamente unos servicios de carácter público, sino unos servicios al servicio de la clase trabajadora que se inserten dentro de la planificación económica de la sociedad. Porque únicamente de este modo podremos tener los coches de bomberos necesarios, los turnos justos, o el personal suficiente para combatir la amenaza del fuego en Sevilla. Es una quimera el pensar que el capitalismo, por arte de magia, va a arreglar estas dantescas situaciones que afectan a uno de los colectivos de trabajadores más necesarios de nuestra ciudad.

 

Una vez más, mostramos el agradecimiento a los bomberos de la ciudad, los animamos a no ceder ante el chantaje patronal a la vez que los invitamos a sumarse a la lucha por una sociedad sin clases ni capitalismo, una sociedad comunista.

domingo, 4 de agosto de 2013

100 montaditos, enemigos de la clase obrera



Espeluznantes testimonios de la cadena de comida rápida 100 Montaditos son accesibles vía www.abusospatronales.es  Reproduciremos algunos de ellos:

“...si hasta entonces aquello era un cachondeo, entonces ya se empieza a desmadrar. Este hombre coge a la mitad de la plantilla y les dice que van a tener que trabajar simultáneamente, tanto en un local como en otro. Hace contratos de 6 y de 8 horas, por las dos empresas. Empieza a ponerse muy borde, a exigir que la gente esté en su casa con el uniforme preparado para, cuando él llame, venir corriendo a trabajar. Empieza a haber turnos de 10 y 12 horas, no hay descansos ni paradas para comer, se restringen las comidas: te tienes que traer la comida de tu casa. Empieza a adoptar una actitud muy chulesca”.

"Con los dos negocios en funcionamiento, el propietario ya no estaba continuamente en los locales y había delegado esa tarea en un gerente. Fue éste quien recibió, por parte de un representante del sindicato, la documentación de las elecciones sindicales. El propietario monta en cólera.“El tío se pone totalmente intratable. Llega allí dando golpes en la mesa y diciendo que allí nada más que había miserables y traidores, que como se enterara de quién estaba detrás de esto iba a ir a la calle. Desde entonces, se convirtió en un rosario de amenazas continuas, gritos y malos tratos, brutal. La gente empieza a trabajar con miedo, porque trabajas acojonado. El tío está pendiente de todo"

"… dice que no nos va a pagar; que hagamos lo que queramos, que no nos quiere allí. Es su única arma para que yo me canse y me vaya. Lo que quiere es que le firme la baja voluntaria. Y dice, ya lo sabes: ahí tienes la puerta’. ‘…Dice que en España tiene cinco millones de parados para trabajar, que si no nos gusta esto, ahí tenemos la puta calle, la puta puerta. Que él tiene cinco millones de parados para trabajar’.

"Las cervecerías 100 Montaditos de Málaga hacen contratos de 20 horas a sus empleadas, pero éstas han de trabajar 48 horas semanales. La empresa da de alta a sus trabajadoras cuando quiere, haciéndoles creer que lo hará desde el mismo día de incorporación laboral a ella, pero siendo con retrasos de hasta 15 días. El sueldo es inferior a lo que corresponde por ley, y buena parte se paga en negro
."

Diversos testimonios, espeluznantes, de trabajadores de distintos locales franquiciados de una cadena de restaurantes capitalista: horarios superiores a las diez horas, acoso laboral, persecución sindical, despidos, insultos, humillaciones, violencia. y así podríamos estar años.

Los pocos trabajadores que superan el miedo y denuncian, se encuentran con la complicidad de los jueces y los patrones. Los trabajadores no son culpables, sin embargo la clase de los patrones por medio del adoctrinamiento ideológico les ha inculcado la confianza en las instituciones, en el capitalismo, en que los patrones nos dan trabajo y son necesarios. Cuentos chinos que se desmoronan ante la dura realidad de la existencia de dos clases antagónicas y enfrentadas: los trabajadores y los empresarios.
En el capitalismo los dueños de las empresas no montan negocios ni para darle un mejor futuro a los trabajadores, sino que están para ganar dinero. ¿Y cómo gana dinero el capitalista? Mediante la obtención de la plusvalía del trabajo del obrero. 

Es decir, es una necesidad del sistema capitalista el hacer trabajar más a menos obreros(reducción de plantilla), con jornadas laborales más amplias, con peores salarios, con condiciones de trabajo pauperizadas, etc. Es por tanto un problema del sistema, y si es un problema del sistema, del capitalismo, no se resuelve únicamente por la lucha económica o lucha sindical, como prefiramos denominarlo.

No sólo es consecuencia de la crisis, pues el empresario obtiene sus ganancias siempre a costa del trabajador haya o no crisis. Las crisis traen consigo la agudización de las contradicciones de clase entre el proletariado y la burguesía, entre las grandes masas campesinas y sus explotadores, los terratenientes, los usureros y los campesinos ricos. Las crisis privan a la clase obrera de muchas de las conquistas arrancadas en larga y dura lucha contra los patronos y el Estado burgués. Esto señala a los obreros que el único camino por el que pueden librarse de la explotación y la inseguridad es la destrucción de la esclavitud asalariada capitalista. Las más extensas masas del proletariado, condenadas por las crisis a indecibles privaciones, adquieren conciencia de clase y decisión revolucionaria. La incapacidad de la burguesía para gobernar las fuerzas productivas de la sociedad mina, en los sectores pequeñoburgueses de la población, el convencimiento de que el régimen capitalista es algo inquebrantable. Todo ello se traduce en la agudización de la lucha de clases dentro de la sociedad capitalista.
En los tiempos de crisis, el Estado burgués acude en ayuda de los capitalistas mediante subsidios en dinero, que en definitiva pagan las propias masas trabajadoras. El Estado, valiéndose de su aparato de violencia  y de coerción, ayuda a los capitalistas a mantener la ofensiva contra el nivel de vida de la clase obrera y los campesinos. Esto refuerza la depauperación de las masas trabajadoras. Al mismo tiempo, las crisis ponen de manifiesto la impotencia del Estado burgués ante la acción de las leyes espontáneas del capitalismo.

Todo esto es un problema político, ya que el capitalismo no sólo es un sistema económico sino también político. La burguesía controla ese poder político y los partidos del sistema elaboran las leyes que permiten a los capitalistas aumentar sus beneficios y continuar su dominación sobre la clase obrera. Para ello, por ejemplo, elaboraron la reforma laboral o los tribunales laborales donde la mayoría de las veces los trabajadores que llevan la razón son vejados y humillados.

Es decir, el Estado(parlamento, ayuntamientos, leyes, judicatura, policía, mass media,etc) no es un órgano de conciliación de los conflictos de clase, ni está por encima de las clases, sino que es un instrumento que sirve para elaborar e imponer a sangre y fuego a los trabajadores las medidas que permitan a los capitalistas robarles el fruto de su trabajo, un robo que se llama obtención de plusvalía.
Contra esto la mera lucha sindical, que es una lucha económica, que por esencia no rebasa los límites del marco burgués se ha vuelto a mostrar impotente de ofrecer a los obreros otro futuro que no sea el paro y la miseria. Es evidente que para hacer frente a todo esto hace falta algo más, hace falta una teoría de vanguardia que nos sirva como guía en estas situaciones, que es el marxismo-leninismo. Porque seguir actuando a ciegas es seguir la dinámica de derrotas, por tanto, debemos dotarnos de esta arma científica basada en el análisis del capitalismo y de las formas que adopta en cada momento la lucha de clases. Sin el fortalecimiento de la lucha de clases contra la burguesía y su estado, estas luchas económicas están condenadas al fracaso. Es la clase obrera la que en base a la ciencia marxista protagoniza no sólo estas luchas económicas, sino también las luchas ideológicas y las luchas por la conquista del poder político.  Lo contrario es seguir manteniendo la situación de miedo, la psicología de derrota en los centros de trabajo. Hay que darles a los trabajadores una alternativa real, científica, probada en la experiencia y esa alternativa se llama socialismo. 
La burguesía no tiene que rendir cuentas ante nadie a día de hoy, los empresarios se creen más impunes que nunca y el miedo en los centros de trabajo es patente. Sin embargo no es la maldad personal del empresario, que también la hay y mucha, sino que esta situación se basa en una necesidad intrínseca del capitalismo para desarrollarse, porque es un sistema que se basa en el robo al obrero(plusvalía) y cuando este robo es insuficiente, tienen que tender a robar aún más y destruir las fuerzas productivas que les son sobrantes.  
La solución a todos estos problemas, la táctica necesaria para cumplir la misión histórica del proletariado: el poner fin a este orden burgués  capitalista que ya ha dicho todo lo que tenía que decir y no es más que una lacra para el desarrollo de la sociedad y para una vida digna para la clase obrera, haya o no crisis.  
Propugnamos la creación de “Asambleas de Comités, Delegados y Trabajadores”(ACDT) que son los órganos de poder emanados de los centros de trabajo, para unificar las luchas de todos los comités de la provincia contra los patronos y su estado.

Denunciamos asimismo la postura traidora de dirigentes sindicales y políticos, de “negociar” siempre, buscando el pacto social que no lleva sino a escoger siempre “lo menos malo”. Esto no contribuye nada más que a desarmar a la clase obrera, a rendirla, a contribuir a la psicología de derrota que hemos señalado. Estas son las consecuencias de una estrategia y táctica servil y traidora, alejada de la ciencia del socialismo científico, alejada de la lucha de clases, anclada en el apego a las leyes e instituciones que dominan los patronos(parlamentos, ayuntamientos,etc) y que ni cuestiona el capitalismo ni se lo plantea. Señalemos pues a los cómplices de la situación que a día de hoy deje en la calle a cientos de obreros. Nuestro poder, como vemos, debe nacer de los centros de trabajo.
Para ellos sólo somos mercancía, sólo somos fuerza de trabajo a pesar de que somos los obreros que hacemos funcionar la sociedad. A día de hoy los burgueses, los patrones en general saben que pueden realizar cualquier ataque a los obreros con la complicidad de los sindicatos amarillos y de los partidos del sistema. Pero cuando los obreros se unen , cuando se lucha no por reformas sino por la conquista del poder político, los patronos empiezan a tener miedo. Porque saben que dependen en todo de los obreros y ven que estos van directos a derrumbar su sistema capitalista. Entonces empiezan a tener miedo, mucho miedo.  

¡POR LA LUCHA DE CLASES, POR LA LUCHA OBRERA!